El País ha convocado un acontecimiento mediático para hacerse propaganda, con la ayuda de dos expresidentes de Gobierno, para defender el estado actual de las cosas que parece que le viene bien a sus intereses, al contrario que a nosotros.
El País está en quiebra técnica, sus principales accionistas son Amber Capital (fondo Israelí), HSBC (conflictivo banco británico), Telefónica, Banco Santander, CaixaBank … y durante su deriva derechista ha perdido gran parte de sus lectores. Coincidiendo con la vuelta al gobierno del PSOE ha renovado su dirección, quizá buscando complicidad.
En este contexto monta el diálogo de González y Aznar, al que acude la plana mayor de PRISA, simulando que ante la penosa situación política, provocada por los catalanes, España necesita el diálogo de los opuestos para defender la Constitución.
Esto es una farsa, porque la situación política no es tan penosa, lo es mucho más la socioeconómica (pero esto no le preocupa a El País) y esos dos antiguos políticos son ya hombres de negocios, intermediarios o conseguidores para más señas y, por tanto, unidos por los mismos intereses: ganar dinero y conseguir mayor relevancia para ganar más dinero.
A este aquelarre han acudido, por parte de González, Almunia y Solana (ex-secretario general de la OTAN) conocidos neoliberales, además de la ministra Montero y por parte de Aznar, Ruiz Gallardón y Acebes, además de Begoña Villacís.
Desde luego que hay que cambiar la Constitución porque, a estas alturas, tiene artículos con los que muchos españoles no estamos de acuerdo, pero el principal problema es que tiene muchos artículos (169) y sólo se están cumpliendo los que le interesan a la oligarquía.
Estos presidentes mienten mucho. Recordemos la fama de mentiroso de los últimos años del gobierno de González, así como la sensación de corrupción generalizada, claro que este aspecto lo desarrolló con gran ahinco Aznar cuya reciente actuación en el Congreso lo descalifica como político y como persona.
Estos son los protagonistas que proclama El País. Parece lógico porque este periódico se ha convertido en un dinosaurio más.
Tienen los dos unas tragaderas insuperables. Han mentido toda su vida, porque su vida es pura mentira. Se le caerá la cara como el retrato de Dorian Gray, a pedazos. De viejos, pero más que nada de corruptos. ¿Hay, dentro de ellos el menor signo de conciencia?. ¿Cómo se puede vivir así?. Son de pena.