Que en un país aconfesional (Constitución Española 1978 art. 16.3) la fiesta nacional se celebre el día de una Virgen, queda como raro, suena a nacionalcatolicismo. Pero ¿qué Virgen?
La Virgen del Pilar se le apareció a Santiago el Mayor, que había venido a España a predicar y no se comía un rosco. Estaba muy desanimado y se le apareció la Virgen sobre una columna (?) para darle ánimos (?). En aquella época por estas tierras no se fumaba, pero hongos sí que había. La amanita muscaria, por ejemplo, esa de la que salen los enanitos.
El problema es que Santiago el Mayor no pudo venir a la entonces Hispania porque los romanos se lo cargaron muy pronto y, además, el negocio estaba en Egipto, en el sur de la actual Turquía y sobre todo en Roma, la capital del imperio.
Entonces ¿a quién se le apareció la tal Virgen con columna incluida? No parece una historia muy creíble. Además esto no tiene nada que ver con la Historia, sino con la “tradición cristiana”.
Si dejamos a un lado el tema de la virgen, veremos que los dos actos más importantes de este día son un desfile militar y una recepción en el Palacio Real. Esto si que es franquismo puro, solo faltaba la momia.
En una democracia, queda un poco feo que la fiesta de todos se celebre con un desfile militar que es siempre una exhibición de fuerza. Cuando lo vemos en Moscú o en Corea del Norte, nos parece ridículo y pensar que estamos a su altura es un poco desmoralizador.
Lo del besamanos Real por parte de las élites políticas, económicas y militares (posiblemente también las religiosas), es la prueba evidente de que esto no es una fiesta Nacional. Es un festejo de las élites, que celebran también los fachas con abucheos a los socialistas, porque la izquierda no participa, y que pagamos entre todos (más de medio millón de euros).
Ridículo y lamentable.
“Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me supo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado;”
Georges Brassens (traducción: Paco Ibañez)