Mucho franquismo en los altos tribunales

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que nombra a los jueces principales en los procesos por corrupción (entre otros), lleva 1000 días bloqueado por el PP, no por las peleas Gobierno-PP como dicen RNE y muchos otros medios, porque le interesa al partido más corrupto de Europa.

El Tribunal Supremo, presidido por la misma persona -alto cargo en el gobierno de Aznar- que el CGPJ, inhabilitó por nueve años al juez Garzón cuando investigaba la Gürtel y el Franquismo y ahora el Comité de Derechos Humanos de la ONU dictamina que el proceso fue “arbitrario” y pide al Estado de España “una reparación integral” al juez, pero el Tribunal Supremo no se da por aludido. No es la primera vez que organismos internacionales reprueban sentencias de este alto tribunal, lo que convierte a nuestro país en algo parecido a una república bananera.

Paralelamente, el Tribunal Superior de la Comunidad de Madrid exige reintegrar al General Millán Astray el nombre de una calle que, en base a la Ley de Memoria Histórica, se había asignado a Justa Freire una maestra ejemplar. Que el TSCM alegue que no está clara la participación del General en el golpe de Estado del 36, muestra o una falta absoluta de conocimientos históricos, lo que le descalifica para ejercer la Justicia, o una sentencia poco ejemplar, cuando menos.

Es vergonzoso, de cara a los países civilizados con los que tratamos de relacionarnos, que 45 años después de la muerte del dictador, el franquismo esté resucitando amparado por las instituciones “democráticas”.

El Crimen fue en Granada

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.

El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
… Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

Antonio Machado

85 años después, D. Antonio sigue en Colliure (Francia) y Federico desaparecido.

Una vergüenza para muchos españoles.

USA. Un amigo peligroso y muy caro

Biden se sincera: no fuimos a Afganistán a crear la democracia. Normal, ¿cuando USA ha invadido o dado un golpe de estado en un país para implantar la democracia? Si les interesara el tema empezarían por mejorar la suya, que buena falta les hace.

Ni la democracia, ni el periodismo, están en su mejor momento en este su Orden Mundial. Contar lo que pasa, sin explicarlo, no es periodismo, se parece más al chismorreo. No obstante, algunos digitales intentan hacerlo bien.

Estos días toca Afganistán en las portadas, pero pocos artículos explican lo que pasa, sus causas y sus consecuencias. Olga Rodríguez e Íñigo Saenz de Ugarte lo explican en elDiario.es. Tras leer sus artículos, podemos pensar que los talibanes tendrán que matar bastante para ponerse a la altura de la OTAN en ese país. Cómo la corrupción, los ataques indiscriminados a civiles, el enorme gasto en armamento y la escasa inversión en medidas educativas, sanitarias, sociales, etc, junto al liderazgo como exportador de heroína (en 2018, el 82% de la producción mundial de opio, según la ONU), la droga segunda industria del país después de la guerra, retratan bien lo que pretende USA de los países que invade.

Desde la guerra de Vietnam, los norteamericanos han cosechado derrota tras derrota, pero su industria militar ha ido creciendo y unos pocos -los de siempre- han sacado buenos beneficios del destrozo de países en el tercer mundo.

Ese es el negocio de la guerra que, en este caso, a España le ha costado muchos millones malgastados en armamento, que no hubieran estado mal aquí en sanidad y educación, y 102 militares muertos.

El País contra el acceso a la información

El neoliberalismo ha favorecido la compra del poder político (llámese corrupción o colaboración público-privada) por parte de las grandes corporaciones, pero para ejercer este poder ilegítimo necesitan un aparato de propaganda que lo haga ver como legítimo, por eso han comprado los grandes medios, para que cuenten la “verdad” que les conviene.

El derecho a la información está incluido en la Declaración de Derechos Humanos de 1948 y, además, este falseamiento de la realidad hace imposible la democracia que precisa de ciudadanos bien informados, pero los promotores del neoliberalismo hace ya 50 años decidieron que la democracia y los derechos humanos no eran buenos para los negocios.

El poder de los medios se basa en el acceso a la información, pero para que sea un poder absoluto necesitan que sea exclusivo o al menos minoritario. De esta manera, si algún ciudadano o alguna organización cívica (wikileaks, por ejemplo) trata de mostrar algo que el verdadero poder no quiere que se sepa, tratarán de celebrar su castigo ejemplar por injusto o ilegal que sea.

Sólo de esta forma se entiende el titular de El País “EE UU se anota una victoria en su intento de extraditar a Julian Assange”. La persecución e intento de destrucción de este activista pone en evidencia el mal funcionamiento de la justicia en las “democracias avanzadas” y que El País celebre como victoria la podredumbre de los sistemas judiciales es una buena señal para identificar los intereses de este diario “de referencia” en España y la mala calidad de la Información, y por tanto de la Democracia, en este país.

El cinismo del PP y la complicidad del PSOE

Ana Pastor ataca al gobierno con el precio del recibo de la luz, a pesar de que fue el gobierno de Aznar el que estableció la tarifa mediante subasta en la que se paga la energía de cualquier tipo de procedencia al precio de la más cara, como si vas a la carnicería y te cobran la morcilla y el pollo al precio de la ternera. La más cara es la de gas, pero hay otras mucho más baratas como la hidroeléctrica, que hace mucho que está amortizada, pero se paga todo como si fuera gas.

Radio Nacional de España canta las palabras de Ana Pastor y también oculta la estafa de la subasta. ¡Las eléctricas ganan!

El PSOE tendría que explicar por qué, el gobierno no cambia tarifa tan injusta y se limita a bajar los impuestos, lo que nos perjudica a todos, para que las eléctricas sigan engordando, mientras impide una industria pública de la energía, como hay en otros países, para este sector estratégico.

Cuando Pedro Sánchez viajó a EEUU para entrevistarse con los fondos de inversión, alguno de los cuales domina en España el ramo del alquiler de vivienda, entendimos por qué su gobierno se niega a defender un derecho tan elemental como el derecho a techo controlando los precios de alquiler como hacen otros países europeos y a pesar de que es una condición de UP para el gobierno de coalición.

Este gobierno, con un alto porcentaje de población en situación de exclusión social, no protege derechos básicos como techo y luz en beneficio de fondos buitre y grandes empresas multinacionales. Las ministras competentes en estos temas ¿serían capaces de explicarlo?.

Habló Raphael

Hay cantantes que se retratan más cuando hablan que cuando cantan. El titular que ha dado esta vez es: “Vivimos en un escándalo perenne y es nuestra culpa”.

Si él se siente culpable sus razones tendrá, desde luego más que yo, ya que su familia política desciende de Romanones y se disputa algún marquesado. Quizá por eso asume este discurso de la derecha por el cual todos somos culpables de lo que pasa en España. Repartiendo las culpas tocan a menos para las minorías dominantes, si repartieran los beneficios con el mismo criterio todo sería más justo. Pero de esta forma, los beneficios para ellos y las culpas para nosotros.

Pero en un país en el que mandan las viejas oligarquías, la banca y las empresas del IBEX, bajo una extraña “democracia plena” en la que los que mandan son los que no tienen derecho a voto, ellos serán los responsables, no los que pagamos los platos rotos con un sistema fiscal, que el gobierno se resiste a cambiar, aunque es una estafa porque sólo beneficia a los ricos.

En este sistema que llaman de “libre mercado”, en el que es falso hasta el título, el dicho de que “el que paga manda” es otra mentira, porque pagamos los de nómina y mandan los de las sociedades anónimas.

Esta injusticia, tratan de ocultarla, mediante sus medios de propaganda, hablando de democracia y de responsabilidades comunes, pero que manden los verdugos y sean responsables las víctimas no parece lógico aunque sea muy común. De ahí nace eso de que todos los españoles somos iguales ante la Ley -como solía decir por Navidad el Emérito huido- y responsables de lo que pasa en España.

Nos mean y dicen que llueve.