Lo sabe hasta el Papa

«La experiencia demuestra que la violencia, los conflictos y el terrorismo que se alimentan del miedo, la desconfianza y la desesperación nacen de la pobreza y la frustración». «Yo les exhorto, en particular, a preocuparse verdaderamente por las necesidades de los pobres, las aspiraciones de los jóvenes y una justa distribución de los recursos naturales y humanos». Lo ha dicho ayer el Papa en Kenia.

También lo saben los gobernantes que están construyendo la guerra, pero ven el terrorismo como un buen aliado para seguir enriqueciendo a los ricos y empobreciendo a los pobres, además de destrozar el planeta.

Al Papa solo le ha faltado decir que no tienen perdón de Dios. Una lástima, pero él sabe que no se debe meter con los poderoso, al fin él es también Jefe de Estado.

¿Qué la ha pasado a mi país?

Los informativos ya no informan sobre la actualidad, hacen campañas, como las de la publicidad, con escasa información y muchos sentimientos, sobre hechos concretos que les interesan. Hace unas semanas estábamos con la de los refugiados de oriente próximo en las fronteras de centro-europa, (¿qué ha pasado con ellos? ¿siguen en la frontera? ¿se solucionó su problema?). Esto ya no interesa, ahora estamos con los atentados de París. Todo lo demás no importa, excepto las elecciones.

Los medios de comunicación se han convertido en medios de propaganda a favor de los gobiernos establecidos (Hollande, Rajoy, Cameron …) que se olvidan de los problemas de sus ciudadanos y se ponen a organizar una guerra que beneficiará al complejo industrial-armamentístico aunque no solucionará ningún problema pero creará otros de los que también podrán sacar provecho.

Soledad Gallego Díaz, una de las escasas columnistas de El País que conserva la racionalidad y la coherencia se plantea hoy esta pregunta ¿Qué le ha pasado a mi país? y habla de los problemas reales y de soluciones reales “¿A qué viene tanto hablar de guerra si de lo que se trata, precisamente, es de conseguir la paz en Oriente Próximo?” Y menciona también los problemas reales sobre los que no se habla, como la pobreza infantil en España. Termina pidiendo “Recordemos qué importa, lo que debe importarnos”.

Pero lo que le ha pasado a nuestro país, como a muchos otros, es que sus gobernantes corruptos no quieren solucionar problemas porque, elegidos por los ciudadanos, se han vendido a las grandes corporaciones y se han puesto a su servicio. Tendríamos que preguntarnos por qué les mantenemos ahí y votar en consecuencia.

La Doctrina del Shock

En el 2007, Naomi Klein publica un libro en Nueva York, titulado “La Doctrina del Shock: El Auge del Capitalismo del Desastre”, que ha sido traducido a 28 idiomas.

En él argumenta que en situaciones de shock, se crea una necesidad generalizada de una respuesta rápida y decisiva para corregir la situación. En esa coyuntura, los que tienen que tomar las decisiones aprovechan para implementar medidas impopulares que en otra situación no se hubiesen atrevido a tomar por miedo a respuestas populares.

Algunos terrorismos actuales parecen diseñados para poder tomar medidas de ese tipo. ¿Qué intereses tienen algunas corporaciones francesas para que la aviación nacional bombardee Siria? Esto, sabiendo, como señalan muchos expertos, que tal acción no soluciona el problema.

¿Qué intereses defienden las tropas francesas en algunos países centroafricanos? ¿Por qué el gobierno de España se ofrece para relevar esas tropas? Si esto ocurre, no se discutirá en el Congreso porque en este momento está disuelto hasta que se celebren las elecciones.

No hay que olvidar que en la creación del shock tienen un papel protagonista los medios de comunicación, tanto por lo que cuentan como por lo que ocultan. ¿Es imaginable la última invasión de Iraq sin las imágenes de la destrucción de las Torres Gemelas?

Me temo que en adelante vamos a soportar cada vez más momentos de shock, al menos mientras gobiernen los lacayos del capitalismo salvaje.

Aniversario. De la dictadura de Franco a la de los mercados

Hoy se cumplen 40 años de la muerte de Franco y aprovechamos para reflexionar sobre el giro de 180º que ha dado la trayectoria de la Transición, comenzando en la Dictadura de Franco, avanzando hacia la Democracia y retornando hacia la “Dictadura de los Mercados”.

Comenzamos con un viaje a la Democracia a bastante velocidad durante el periodo de la UCD y primeros años del PSOE. Los últimos 70 y primeros 80, con la salvedad de la impunidad de la ultraderecha y los golpistas, fue un periodo en el que en el Congreso se guardaron las formas democráticas. Quizá la ultraderecha y ETA cumplieron el papel de obligar a los partidos demócratas a comportarse.

Pero ya en el felipismo empezó a torcerse el camino. La reconversión industrial, el comienzo de las privatizaciones, la reforma laboral y la reforma de las pensiones, que le costaron a Felipe González cuatro huelgas generales, y la Ley Corcuera de la patada en la puerta que ha culminado ahora con la Ley Mordaza, comenzaron el giro involucionista hacia la dictadura de “los mercados”. Todo esto en un marco de crecimiento de la corrupción que al final del felipismo se consideraba “generalizada”, claro que entonces no se conocía lo que podían ser la Gürtel y la Púnica. El felipismo terminó con dos ministros y varios altos cargos en prisión por malversación de fondos y guerra sucia.

El PP, que tanto insiste en que los etarras condenen la violencia, aún no ha condenado los crímenes del franquismo y ayer mismo, en el Ayuntamiento de Aranjuez se abstuvieron (junto con Ciudadanos) en la votación para quitarle al dictador la Medalla de Oro que le concedió el Ayuntamiento en 1970.

En el contexto internacional de involución neoliberal, las políticas que impone la UE y ha estado adoptando Mariano Rajoy, con una presteza impropia de su carácter, van completado el giro hacia una dictadura con pérdida de derechos civiles, económicos y sociales.

¿Podremos invertir el rumbo en las próximas elecciones?

El terrorismo y la Bolsa

Un artículo de El País de hoy Los gigantes mundiales de defensa se disparan en Bolsa tras los atentados”, explica los efectos del atentado de París en las inversiones bursátiles. Las diez mayores empresas armamentísticas del mundo han tenido una subida espectacular en la Bolsa.

No hay que olvidar que el desarrollo de la inteligencia artificial y otros aspectos de la informática dependen de esta industria, que es, sin lugar a dudas, la rama más potente de la industria mundial y el motor de muchas otras ramas industriales.

Tampoco deberíamos olvidar las relaciones de esta industria con el Pentágono, con la industria aeroespacial y con la OTAN, que condiciona a sus países adheridos el tipo de armamento que deben adquirir.

Esto quizá nos ayude a entender por qué el socialista presidente Hollande ha reaccionado como lo hubiese hecho el peor presidente de la historia de Estados Unidos (Bush Jr.), declarando la guerra al terrorismo, en vez de declarar la guerra a la pobreza que es la fuente del terrorismo.

Es posible que el capitalismo salvaje solo pueda sobrevivir en un clima de guerra (fría o caliente) debido a la potencia y necesidades de este sector industrial y con campañas mediáticas que generen los miedos necesarios para hacer tragar la enorme mentira que implica el lema “perder Libertad para ganar Seguridad”.

Un terrorismo que solo ataca a la gente de la calle, es una buena herramienta para el desarrollo de la industria armamentística y para justificar la evolución política hacia dictaduras donde los ricos nos puedan seguir robando con mayor Seguridad.

Terrorismos: Por qué no soy francés

En primer lugar porque Rajoy ha dicho “Hoy todos somos franceses” y, como decía mi abuela, yo con Rajoy “ni a apañar duros”. Pero tengo muchas otras razones.

Francia tiene un pasado imperialista en el que uno de sus últimos episodios fue la guerra de Argelia, que Gillo Pontecorvo retrató con toda su crueldad y dramatismo en “La batalla de Argel”.

Francia, como todos los países, tiene ricos y pobres, explotadores y explotados. Los primeros suelen vivir en París y los segundos en las “banlieues”, que es como llaman a las periferias. Hace diez años, del 27 de octubre al 17 de noviembre de 2005, ardieron las “banlieues” parisinas, en parte por las políticas económicas que marginaron a los emigrantes en guetos y en parte por las políticas represivas de Sarkozy cuando era ministro del Interior. Ese terrorismo artesanal, aunque a otra escala, tiene causas similares al que la carnicería de hace dos días: la desesperación.

En Francia hay un partido ultraderechista muy potente (muy votado), que es contrario a las políticas de integración de emigrantes y el Jefe de Estado francés, Hollande, y el Jefe de Gobierno, Valls, ambos del Partido Socialista, están aplicando las políticas económicas excluyentes que apadrina Merkel y el Jefe de Gobierno, incluso, ha adoptado medidas que eran propuestas por el partido de Le Pen. Los terroristas son franceses aunque tengan procedencia extranjera: franceses pobres y, por tanto, excluídos.

Francia, como EEUU, Inglaterra, Israel y otros, hace poco ha bombardeado Siria y el presidente Hollande es uno de los líderes que más ha apoyado la intervención militar. Tendríamos que preguntarnos por qué Francia se mete en ese lío. Francia tiene el ejército más grande de la Unión Europea, aunque ni es el país más rico, ni el más grande, ni el más poblado. Francia es el cuarto país en exportación de armas, después de EEUU, Gran Bretaña y Rusia. Quizá porque tiene dos grandes corporaciones armamentísticas: Dassault (aviones de caza Mirage, por ejemplo) y Lagardère (Segunda posición mundial en industria aeroespacial, aeronaútica y defensa) y entre las dos controlan el 80% de los medios de comunicación franceses. La industria relacionada con la energía atómica también es una de las primeras del mundo.

Este terrorismo no es religioso, es social y económico.

Todas estas razones, no justifican el terrorismo, pero son suficientes para que yo no quiera ser francés, ni me sume al coro de plañideras que tratan de formar los verdaderos causantes de la tragedia.

Terrorismos

Hay un terrorismo económico que empobrece a los pobres para enriquecer a los ricos.

Hay un terrorismo político que impone invasiones militares y recortes en servicios sanitarios y sociales.

Ambos producen terror y muerte. En Madrid ya hay una diferencia de dos años más de esperanza de vida para los habitantes del barrio de Salamanca, frente a los de Usera.

Pero el único terrorismo prohibido es el de pequeños grupos armados que matan indiscriminadamente, como hace Israel en Gaza, y que, aunque está causado por la miseria y desesperación que producen los otros terrorismos, que son legales, se aprovecha por los políticos corruptos para reforzar el sistema.

Porque hay agencias de calificación terrorista, como hay agencias de calificación de riesgo financiero. EEUU dice qué es terrorismo con los mismos criterios con que califican Standard & Poor’s, Moody’s o Fitch: según interese al capital.

Tras el atentado de Charlie Hebdo, se produjo una gran manifestación en París, en la que participaron, además de Rajoy, representantes de casi todas las dictaduras y de los países que financian el terrorismo y, sobre todo de los países que promueven los terrorismos económico y político, con Holland y Natenyahu, en la primera fila. Los dos mejoraron su índice de aceptación. Las malas lenguas no dejaron de susurrar que los servicios secretos de sus países habrían podido tener alguna participación en el atentado.

Mañana habrá una misa en Notre Dame con muchos de los participantes en la manifestación del Charlie Hebdo.

De los causantes de la masacre, la mayoría serán franceses, pero dirigidos desde el exterior, es decir, malos franceses. El nacionalismo lo cura todo.

Mientras tanto, los medios informativos se convierten en programas del corazón y a manipular los sentimientos de la audiencia echándole la culpa al islamismo y a los extranjeros; porque podrán estar horas “informando” desde el sitio del crimen, pero información relevante ni una.

Iglesias canta a Krahe

En los últimos días del cantautor, el político se acercó a él y le mostró su admiración llegando a cantar con él una de sus canciones más emblemáticas: “Cuervo ingenuo”. Esta canción denunciaba la entrada de España en la OTAN y las contradiciones del PSOE entonces en el gobierno con la O de obrero (reformas laborales) y la E de España (subordinación y compra de armas a EEUU).

Esta canción le costó a Krahe el ostracismo para el resto de su vida. El felipismo no lo pudo soportar y le vetó en la televisión y en las fiestas populares que los socialistas organizaban en la mayoría de los ayuntamientos de España. Pero muchos españoles la adoptamos como un himno contra el armamentismo y la guerra imperialista que representa la OTAN desde su nacimiento. Los americanos no abandonaron España pero salieron de Torrejón y disminuyeron su presencia en nuestro país.

Hoy, los americanos han vuelto para instalar varias bases en nuestro suelo. Iglesias ficha a un general defensor de la OTAN para sus listas electorales y el secretario de organización de Podemos dice que se respetará hasta la última coma del tratado firmado por el gobierno del PP con los americanos.

Iglesias ya no canta “Cuervo ingenuo”, cosa que le agradecemos porque, además de que canta fatal, algunos nos sentíamos mal viendo como se apropiaba de la herencia de Krahe. Ahora, en una muestra de lucidez, canta “Dónde se habrá metido esta mujer” que es el lamento del hombre abandonado por su esclavizada esposa y del político abandonado por parte de su electorado que ya no soporta su derrape electoralista hacia la derecha.

Tiene suerte de que Krahe ya no compone porque, de no ser así, se hubiese visto obligado a dedicarle una canción.