Ese día me levanté, como siempre, poco antes de las 8 y, mientras desayunaba, puse el informativo de RNE, como de costumbre. Ahí empecé a percibir el desastre.
Lo primero que sentí fue incredulidad ante la atribución de los atentados a ETA. Soy de Cantabria, junto al País Vasco, hice la mili en Vitoria y San Sebastián en los tiempos difíciles. En diciembre de 1970 fue el Proceso de Burgos, con sus múltiples condenas a muerte, y en Enero de 1971 me vistieron de militar en Vitoria. Durante casi dos años que me tuvieron de uniforme hubo muchas manifestaciones (eran tiempos de reclamaciones laborales y políticas) y, aunque la policía disparaba al aire, muchas veces caía alguien muerto.
Unos años antes, en 1968, ETA había comenzado a matar. El primer asesinado: Melitón Manzanas, policía de la brigada político/social, que antes había estado en mi pueblo, parece que castigado por el cuerpo, y allí creó escuela de aficionados a la tortura. En la parroquia se celebró un funeral-homenaje.
En el curso 1969-70, trabajé en la escuela de un pueblo bastante aislado, en los montes de Cantabria y compartí pensión con el cura, un etarra destinado allí para “refrescar”. En la mili hice muchos amigos vascos y siempre he seguido la información sobre el terrorismo etarra, como de otros fenómenos sociales y políticos importantes.
El 11M, cuando vi que RNE no me valía, pasé a la SER para escuchar a Gabilondo, que estaba culpando a ETA porque en momentos así había que estar con el Gobierno. Me quedé de una pieza. Yo tenía claro que esos atentados no llevaban la marca de ETA y él, mejor informado que yo, no lo aceptaba.
Cuando Otegui compareció diciendo que ETA no había sido, hasta Gabilondo hubo de aceptarlo. Ahora me entero de que, horas antes, Otegui le había telefoneado, pero el periodista no cogió el teléfono. Por mi profesión de enseñante sé que la mente no acepta información cuyas consecuencias la persona no pueda asumir.
Gabilondo estaba con el Presidente del Gobierno, que ya había mentido en Las Azores y el 11M estaba intentándolo de nuevo.
Veinte años después, los líderes de opinión de entonces resultan patéticos explicando, cómo pueden, aquella alineación con la mentira pero, a estas alturas, la mentira mediática abunda más que la verdad, porque las estrellas mediáticas brillan con el sol del capital ya que este sistema político-económico se basa en la propaganda. Por eso Información y Propaganda se enseñan en las mismas facultades universitarias.
El gobierno de Aznar mintió mucho porque muchos medios compraron sus mentiras. El PP, el partido más corrupto de Europa y más mentiroso, sigue mintiendo y acusando a los demás de mentir porque sus importantes medios le compran y se aprovechan de sus mentiras.
A esto, lo llaman Democracia plena. Nos mean y dicen que llueve.