El Brexit: otro monstruo mediático

Hace ya 12 años que Naomi Klein publicó “La doctrina del Shock”, en el que explicaba que la doctrina neoliberal había necesitado para su difusión de una serie de crímenes como los golpes militares de Chile y Argentina o la guerra de las Malvinas, provocada por la Thatcher para ganar unas elecciones. Un sistema económico tan injusto solo se podía implantar asustando mucho a la población.

Esa estrategia predomina actualmente en los grandes medios de comunicación que, con la globalización y la financiarización económica, han pasado de serde “El cuarto poder” a la “Voz de su amo” de las mafias financieras.

Llevamos varios días sufriendo la hiperinformación del “coronavirus” que surgió en el otro lado del mundo y que está afectando a una porción mínima de chinos (hay más de 1.395 millones de chinos y unos 220 muertos, algo así como 0,00001%). El ébola tuvo más mortalidad y aquí ni se notó, claro que era en países sin importancia económica, lo que nos permite pensar que esto es un nuevo episodio de la guerra económica de EEUU contra China, que está perdiendo EEUU, porque en este momento ya no es la primera potencia mundial en muchos aspectos, y en la que los grandes medios juegan en el bando perdedor.

El informativo de TVE1 de hoy, menciona la epidemia de gripe en España que es de 250 por cada 100.000 habitantes que es un porcentaje algo superior 0,00025% y creo que se nota poco. Como el monstruo del coronavirus ya está fallando, y este sistema económico-político necesita nuevos monstruos para tenernos acojonados, ahora empiezan con le Brexit.

El brexit afectará, como siempre, a los de abajo. A los emigrantes o a los trabajadores cuyos patronos lo quieran utilizar para justificar la explotación. Esta Unión Europea nos perjudica a todos, porque no es la unión de los europeos, sino la de los capitales dominada por Alemania. Que una potencia como Gran Bretaña se salga lo desequilibra, pero sería interesante que la UE moderara sus políticas austericidas.

Cayó el monstruo del comunismo con el muro de Berlín, cayó el fantasma del terrorismo con la disolución de ETA (aunque la derecha mas cutre los siga utilizando), otros monstruos han tenido corta vida porque nos vamos dando cuenta de que los monstruos no existen, pero los desinformativos siguen con su vieja estrategia. Alguien ha dicho: “Nos han engañado tantas veces que, al final, nos dimos cuenta” ¿Será verdad? ¿Cuántos se han dado cuenta?

La «información» de la sexta

Los agricultores extremeños se han manifestado esta mañana porque los precios que les pagan por sus productos no cubren los costes de producción. Ellos culpan a los intermediarios, que pueden ser las grandes superficies o las cadenas comerciales de alimentación: El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Ahorramás, etc. Son razonables sus protestas porque las leyes del mercado no son justas. Los grandes compradores les imponen los precios de compra, de la misma manera que después nos los imponen a los consumidores. Esta es una de las desventajas del “mercado libre”, para la mayoría, que somos consumidores.

La solución sería que los propios agricultores o el Estado creara cadenas de distribución porque la alimentación son productos de primera necesidad.

Pero nada de esto menciona el informativo del mediodía de la Sexta, ellos enfocan el problema hacia la subida del salario mínimo.

Esta parcialidad en la información puede deberse a la ineptitud de los informadores o a los intereses de la cadena. En todo caso las empresas mediáticas prefieren “periodistas” inexpertos y con contratos precarios, porque son más proclives a defender los intereses de los accionistas frente a los de la audiencia.

Esto es “libertad de empresa”, no libertad de expresión. Ya es hora de que el gobierno establezca un organismo independiente que vele de verdad por los intereses de los consumidores, en este caso por el “consumo” de información.

De la misma manera que la comida contaminada o en mal estado intoxica el cuerpo, la desinformación contamina la mente y nuestra forma de entender las cosas. Luego nos mean y dicen que llueve.

Una derecha tramposa y golpista

En España, la derecha y la Iglesia Católica han sido siempre el brazo político y moral del poder económico. La derecha desde el siglo XIX y la iglesia desde hace 1500 años.

Tienen mucho en común: predicar una cosa y hacer lo contrario. Ni la verdad, ni la Ley, ni la justicia, van con ellos, salvo cuando les beneficia. Pertenecen a otro mundo: la derecha al mundo financiero y la Iglesia al mundo de Dios, por tanto se llevan mal con la democracia, lo suyo es la dictadura porque es la que garantiza la conservación de sus privilegios, económicos por supuesto.

Así están unidas en su afán de controlar la educación pública para adoctrinar a la población y acusar a los demás de sus propios desmanes. Los demás adoctrinan, ellos no; ven golpes de estado donde no los hay y no los ven cuando son evidentes: Franco, Trump-OEA, … Celebran a las víctimas de ETA y ultrajan a las de Franco que son mucho más numerosas. Defienden su “libertad” frente a la de los demás y ante la Ley, son auténticas antisistema, y mienten más que hablan.

El dinero no tiene moral y sus sirvientes tampoco.

Pero tienen un grave problema: su mediocridad. Los dirigentes del trifachito no son lumbreras, sobreactúan para hacerse notar y no defienden con eficacia los intereses de quienes los teledirigen, por eso aparecen grietas en sus bloques. Cayó Rivera y a Casado le quedan dos telediarios.

De los obispos se puede decir lo mismo. Los fundamentalistas fueron nombrados por Wojtyla y le hacen la guerra al Papa actual, se van a jubilar rápido.

Los medios de propaganda fomentan el juego para hacer caja, resulta más rentable el grito que el razonamiento, y como Beltrand du Guesclin: ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor.

La ultraderecha marca la agenda política, con la colaboración necesaria de los medios, y esto no es bueno para nadie.

Terrorismo usa-israelí

Una muchedumbre de irakíes intenta asaltar la embajada de USA en Bagdad, los soldados irakíes les dejan pasar y el enjuiciado y desquiciado presidente norteamericano ordena asesinar al jefe del ejército del país vecino.

Esto suena a película de Charlot, pero parece que ahora se funciona así. Nadie puede estar seguro con este tipo de gobernantes dispuestos a utilizar cuando les venga en gana terrorismo de Estado.

Y la ONU de vacaciones. Mejor que haciendo el ridículo, eso sí.

La debilidad del impeachmenteado presidente posiblemente le mueva a sobreactuar buscando el apoyo israelí y de la banca sionista, pero la UE podría decir algo -quizá Borell también esté de vacaciones-.

Está claro que el único terrorismo punible es el de pequeña escala, como los únicos robos que la justicia tiene en cuenta son los de los chorizos.

No me atrevo a pedirle un mundo mejor a los Reyes, no vaya a ser que nos traigan más monarquía.