Casado no puede pactar

Está luchando por su propia supervivencia y le importan un pito (sea lo que sea un pito) los españoles.

El PP está en su momento de mayor debilidad, desde tiempos de Aznar, por la visibilidad de su corrupción, los procesos judiciales pendientes, su división en el trifachito, la división interna de sus varones y, sobre todo, por las consecuencias evidentes de sus recortes y privatizaciones que ahora estamos sufriendo.

Casado lo niega todo. Imitando a Trump, miente más que habla y niega su propio pasado. Pero todos sabemos que es una rana más del rebaño de la madre de todas las ranas, como Ayuso, y sus problemas para obtener el título en Derecho y el famoso Master.

Todos los líderes llegaron a las elecciones en una situación precaria, con divisiones internas y pérdidas de votos, pero Sánchez e Iglesias pillaron cacho, Rivera salió despedido y aquí quedan Casado y Abascal peleando por liderar la derecha y desgastar al gobierno. Como no gobiernan, sólo la caverna mediática -que no es poca-, les hace caso y, como los gorilas segundones, gritan y se golpean el pecho para llamar la atención y aspirar a macho alfa.

El PP de Casado no puede pactar con el gobierno por miedo a que obtenga ventaja VOX, pero tampoco tiene alternativas válidas, ni credibilidad, porque sus recortes y privatizaciones son los causantes del desastre.

No sé a quién del gobierno se le habrá ocurrido pedir otros pactos de la Moncloa, pero Juan Carlos Monedero y David Bollero, explican aquella jugada que impusieron los franquistas, con el ruido de sables de fondo, y afortunadamente los tiempos han cambiado.

Me parece bien un pacto de Estado, pero ni el PP ni VOX están en disposición de hacerlo y estaría bien cambiar el código penal para que los gobernantes tuvieran responsabilidades por las muertes provocadas por sus decisiones políticas y los partidos políticos corruptos fuesen suspendidos por la Justicia. Si además se consiguiese una Justicia justa, mucho mejor, que a veces se la ve un poco rarilla.