Hoy anda por las redes una “Carta abierta a un traidor: Felipe González” que refleja una visión de los problemas del PSOE bastante extendida.
El PSOE siempre se ha movido en un terreno ambiguo entre la derecha y la izquierda. Durante muchos años no han dicho que eran de izquierdas, eran simplemente “progresistas”. Con Rubalcaba los escenarios de los mítines llegaron a tener fondo azul, con Pedro Sánchez han vuelto al rojo.
La ambigüedad y las mentiras de los dirigentes han engañado a quienes deseaban ser engañados, a los que se sentían bien en un cómodo centro-derecha aunque ellos los vieran como centro-izquierda, pero los programas del PSOE siempre fueron neoliberales en lo económico y progresistas en el terreno de las libertades individuales.
Hoy, cuando mantener a Rajoy en el gobierno es incomprensible y doloroso para la mayoría de los españoles, el PSOE se ve obligado a elegir y las momias y muchos barones ya han elegido por un gobierno de Rajoy, habrá que ver qué dicen los militantes si llegan a tener la opción de expresar su opinión.
El PSOE se desgarra porque muchos militantes se han creído las teorías de El País de que era un partido de izquierdas y no soportan un gobierno del PP continuista y porque los que viven (bien) de sus puestos en el PSOE saben que la permanencia de su “bienestar” depende de que se mantenga el estatus/fraude del bipartidismo.
Puede ser una lucha emocionante, lo malo es que nos perjudica a todos porque la propia lucha va a dificultar mucho la formación de un gobierno de izquierdas.