Calviño subió al cielo

Cuadruplicar su sueldo de ministra quizá se pueda llamar así. Méritos no le han faltado. Su papel en el gobierno de Sánchez era garantizar las políticas económicas de la UE, es decir, los intereses de las grandes corporaciones, vino de allí para eso.

De Guindos (ministro con Rajoy) lo había conseguido antes, con una gran proeza: salvar a la banca española de la crisis anterior con una operación que aseguró que no nos iba a costar nada. Pagamos más de 60.000 millones y a él le premiaron con la vicepresidencia del Banco Central de la Unión Europea, y allí está ¡tan pancho!. Parece que nadie le ha recriminado nada. Aquí sigue aumentando la desigualdad económica (la que no menciona el PP, que sólo condena la legal mientras controla la Justicia).

Hemos visto a Borrell promocionando la venta de armas con el pretexto de Ucrania. En nuestros presupuestos generales para 2023, el Seguridad Social crece el 13%; el de derechos sociales 17,4%; las clases pasivas 14%; cultura el 16%, Defensa 26,3%.

Calviño, a última hora, seguía haciendo méritos tratando de adelgazar las prestaciones a los parados, tal como exigen los empresarios que, desde la Revolución Industrial en el siglo XIX, los prefieren indefensos para que tengan que aceptar cualquier cosa.

Es curioso que lo que llaman «gobierno progresista», tenga en los ministerios de más responsabilidad a personas que harían la misma labor en un gobierno del PP. Da la impresión que la etiqueta de “progresista” es un escudo del que se vale el PSOE para callar a la izquierda.

En la Unión Europea se pagan sueldos más parecidos a los de los banqueros y altos cargos de las grandes corporaciones, mientras se imponen políticas que tienden a bajar los salarios. Así se entienden las aspiraciones de muchos y muchas que llegan al gobierno para hacer méritos que les lleven a Bruselas. Todo esto lo pagamos los europeos.

Entre esto y el deterioro del Sistema Educativo, se puede entender que parte de la juventud actual se vaya a la ultraderecha. Ken Loach, que a su edad ya no se corta, en la presentación de su última película “El viejo roble”, ha dicho que se necesitan líderes de ultraizquierda que propongan un sistema más justo.