El último informe PISA sobre el uso del ordenador en las aulas llega a una conclusión que ya sabíamos muchos profesores hace 30 años: que su eficacia en el aprendizaje no depende de que haya muchos, sino de cómo se usen.
De hecho, cuando el Ministerio de Educación creó el proyecto Atenea (1985) para la implantación del ordenador en las aulas, hizo un gran esfuerzo de formación del profesorado. Creó los Centros de Formación del Profesorado, porque ya se sabía que la dotación de equipos no era suficiente, como se había visto ya en Bélgica.
La presión de las industrias tecnológicas indujo a los políticos a ir aumentando los presupuestos de tecnología, lo que era alabado por los medios de comunicación y disminuyendo los de formación del profesorado y, hace seis años, la ultraliberal Esperanza Aguirre llevó a su extremo esta medida en la Comunidad de Madrid desmontando la red de centros de formación del profesorado: de 28 pasaron a ser 5 para toda la comunidad, con lo cual su función pasó a ser irrelevante.
Ayer (15 de septiembre) se publicó en El País un artículo sobre el informe PISA (“Usar mucho el ordenador en clase no ayuda al alumno”), según la OCDE y hoy se editorializa (El ordenador sólo no educa) explicando la importancia fundamental de la formación del profesorado en esta materia.
¿Qué ha cambiado en El País y en la OCDE para que su discurso haya girado 180º? Porque tanto uno como otra han estado siempre apoyando la adquisición de tecnología por encima de todo.
El PAIS
La Fundación Santillana (dependiente de PRISA, anterior grupo económico dominante en El País) organizaba en febrero un congreso, en el defendía la necesidad de usar el teléfono móvil en clase y el día 23 de ese mes El País publicaba un artículo de Susana Pérez de Pablos titulado “Siete razones por las que se debe encender el móvil en clase”.
En la mayoría de los centros docentes de Primaria y Secundaria el alumnado tiene prohibido encender el móvil en clase porque perjudica de manera importante su atención en la ejecución de sus tareas, además, si todos los alumnos encendieran sus móviles, el nivel de contaminación electromagnética que se produciría en el aula perjudicaría notablemente su salud. Ya hay una campaña en algunas regiones de España que está tratando de erradicar la wifi de los centros docentes (www.escuelasinwifi.org) y obligar a que la conexión se haga por cable, debido a los peligros para la salud de esta contaminación.
Es posible que en el congreso de Santillana estuviese como patrocinador Telefónica, con la que PRISA tiene buenas relaciones económicas.
En los últimos tiempos, el dominio en la propiedad de El País se ha desplazado de la familia Polanco (Santillana) hacia dos fondos de inversión norteamericamos que parecen tener otros intereses.
La OCDE
La OCDE es una institución económica derivada del Plan Marshall formada por 34 países (el club de los países ricos) que tienen, como requisito imprescindible para su pertenencia a la asociación, el compromiso de liberalizar progresivamente los movimientos de capital y servicios. Ahí están en este momento el ex-ministro Wert y su señora en dos sillones de oro, probablemente en premio a la labor realizada en nuestro Ministerio de Educación.
Este organismo realiza los informes sobre educación PISA que toman como referencia sus países miembros.
Enrique J. Díez Gutiérrez firmaba el 23 de Junio pasado, un artículo en Nueva Tribuna titulado “PISA: ese “negocio” que no sirve para mejorar el sistema educativo” en el que cita una investigación de Julio Carabaña, uno de los sociólogos de la educación más importantes, titulada “La inutilidad de PISA para las escuelas”, en la que dice “PISA carece completamente de valor como guía para mejorar la enseñanza a nivel de escuelas y de países, y por tanto de utilidad para los docentes y para los políticos”. A pesar de lo cual este sistema de evaluación, muy apoyado por los medios de comunicación y sus intereses, parece ser el sistema de referencia en la sociedad neoliberal.
Ni que decir tiene que tanto la OCDE como PISA han estado apoyando las inversiones educativas en ordenadores y ahora, con las aulas ya saturadas de ordenadores, hablan del perfeccionamiento del profesorado porque quizá estén apoyando los nuevos desarrollos de la telefonía móvil y para ello necesitan un nuevo reciclaje del profesorado.
Curiosamente cuando hablan de este nuevo reciclaje explicitan siempre el manejo de las nuevas tecnologías y muy raramente la formación pedagógica y didáctica. Como siempre: la educación al servicio del mercado.