Que grupos de militares manifiesten su deseo de fusilar a 26 millones de españoles (ellos dicen hijos de puta), que pidan al presidente de otro país que intervenga el ejército y las fuerzas de seguridad españolas para derribar al gobierno que dicen ilegítimo, cuando ha sido elegido por la mayoría de los españoles (esto antes se llamaba traición a la Patria) y que el Jefe del Ejército (S. M. el Rey), la Ministra de Defensa, el Presidente del Gobierno, la Fiscalía, …, no tomen cartas en el asunto es asombroso -y bastante alarmante-, porque estamos pagando a unos fulanos para que nos defiendan y nos quieren fusilar.
El trifachito y su armada mediática, que se dicen constitucionales, tampoco se dan por aludidos. A veces les hacen la ola.
Por mucho menos, twiteros han ido a la cárcel, o han estado a punto, acusados de apología del terrorismo; políticos catalanes están en la cárcel, acusados de sedición, y parece que sólo los militares tienen libertad de expresión, aunque no todos, porque cuando la exhumación del Dictador sólo fueron penalizados militares que se manifestaron a favor de la Constitución. ¿El mundo al revés? ¿Volvemos a la Dictadura, militar por supuesto?, porque las leyes Mordaza, ahí siguen.
Tenemos un ejército con sobrecarga de Jefes y Oficiales ¿Por qué no se cierran las academias militares y se modifican los planes de estudio que generan militares golpistas?
En Alemania, el gobierno ha disuelto dos batallones por contaminación ultraderechista y aquí ¡no pasa nada!. ¿Por qué no funcionan las instituciones? ¿Quién manda aquí? ¿Nadie nos dará explicaciones a los que financiamos, con nuestros impuestos, todas esas instituciones?