Podemos empezar recordando que el Estado de Israel se fundó en 1948 mediante un acuerdo de las grandes potencias y apadrinado por la banca judía. Para ello desalojaron de sus tierras a millón y medio de palestinos y al resto les dejaron libres dos zonas separadas de Palestina: Cisjordania y Gaza.
Desde el principio, el Estado de Israel ha sobrevivido gracias al apoyo económico y militar de EEUU que lo ha utilizado como garantía para el dominio de una extensa zona que tiene una parte importante de los yacimientos de gas y petróleo del mundo.
También podremos recordar que Hillary Clinton antes de optar a la presidencia de EEUU pidió el consentimiento del lobby judío.
Cisjordania y Gaza, perteneciendo aún al Estado de Israel, tienen su economía y su forma de vida estrangulada por el gobierno judío que además de guerrear con todos sus vecinos trata de deshacerse de los palestinos con una estrategia de genocido lento, porque, en contra de lo que dice la wikipedia, Israel no es una democracia es un estado militarista judío.
Ni la ONU, ni otras organizaciones internacionales hacen nada contra este estado terrorista porque EEUU y la gran banca judía son sus garantes.
Por mucho menos el Estado Sudafricano sufrió un bloqueo internacional durante muchos años y varios países están pidiendo el bloqueo económico de Israel, para obligarle a un trato humano de la población palestina y porque este régimen es un cáncer para la paz en Oriente Medio.
Trump y Netanyahu tienen algo en común. Los dos están acosados por procesos de corrupción y tratan de desviar la atención de sus problemas creando conflictos internacionales. Natanyaju masacra palestinos y Trump, ahora que se deshinchó el fantasma de Corea del Norte, trata de crear un conflicto con Irán. El resultado: subida del precio del petróleo y de los valores en bolsa de las industrias armamentísticas. La banca gana y la Humanidad pierde.
Espero que, después de esto no tenga que volver a cambiar este blog de servidor. Por cierto, el diario El País tiene como mayor accionista a un fondo de inversión del lobby judío.