El desprecio de los desinformativos de RNE por su público

El formato de estos programas no es el más indicado para la información. Podríamos decir que de los artículos de la prensa, aquí casi no da más que el titular, pero hay otros aspectos que tienen poco que ver con el verdadero periodismo.

Hace algunos años no se entendía que en un informativo se insertara propaganda, durante algún tiempo incluso estuvo prohibido. Hoy lo llaman “promos”, promoción de otros programas y parece que nadie protesta. Introducir cuñas sobre cómo se informó de eventos de hace años, no es informar de nada, es simplemente asumir protagonismo.

Vale que sea un medio público, pero eso no justifica que se trate bien a los dos partidos mayoritarios y se olvide de todos los demás. Máxime cuando dicen cosas contrarias. Lo de “este dice esto y el otro dice lo otro” nunca se entendió como periodismo, parece más adecuado “cotilleo”. Siempre se dijo: “Si unos dicen que es de noche y otros que es de día, asómate a la ventana”. En esta época en que el partido de la oposición, es el más corrupto de Europa y tiene fama de muy mentiroso, ponerlo a la misma altura que el gobierno, es mostrar que prefieres la equidistancia (quizá para mantener tu puesto) a la verdad.

Otra cosa es primar el espectáculo sobre la información de calidad. En el de las mañanas incluyen una encuesta sobre temas más o menos cotidianos. No está mal contar con el público, pero está mejor respetarle informando con rigor, no pidiéndo opiniones y aderezar el programa con: esto está respondiendo la gente. Si se dispone de poco tiempo será mejor preguntar a expertos en el tema. Lo de las “promos” de “Así informamos en tal fecha”, va en la misma dirección.

Hacer reseña de titulares de periódicos, cuando la mayoría son de derechas y cuando la población española es la que menos se fía de sus medios en Europa, es defender la desinformación.

Que estos presuntos periodistas vivan a nuestro cargo, sabe a burla, aunque parece coherente con este teatrillo que llaman democracia.