Celebramos en Madrid a este santo que nos han puesto como patrono. En un principio nos desconcierta un poco ya que por aquí escasean bastante los agricultores. Claro que conociendo como se las gastaba este santo cuando ponía a los ángeles a trabajar mientras él rezaba, la cosa se aclara bastante porque aquí lo que abundan son los terratenientes, dadas las prebendas impositivas que regala la Comunidad de Madrid a las grandes fortunas. Si lo consideramos santo patrono de los terratenientes o de los explotadores la cosa se entendería mejor.
Si, como dice la Constitución (Art. 16.3) “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”, cuesta entender que la mayoría de las fiestas tengan carácter religioso y que pueblos y ciudades tengan que tener un santo patrono, sobre todo porque la Iglesia, en muchas ocasiones, no ha acertado con las canonizaciones, se ve que el pájaro les orienta mal.
Que a San Isidro le hicieran el trabajo los ángeles es difícil de aceptar porque todo sabemos que esos extraños seres son cabecitas con alas o bebés en pelotas alrededor de una virgen y que solo sirven para adorno.
Lo de San Cosme y San Damián, patronos de los cirujanos, ya es peor porque el milagro que les atribuyen es quitarle una pierna a un negro para ponérsela a un blanco, como se puede ver en la foto, lo que huele un poco a racismo.
Otro fallo creo que tuvo en Alejandría, conocida en el siglo IV por tener la mejor biblioteca del mundo. Era tanto su amor a los libros que cada barco que atracaba allí era registrado y si encontraban libros, los requisaban, los copiaban y se los devolvían. No se conocen casos parecidos.
Cirilo, obispo de Alejandría, no debía ser muy aficionado a la lectura y mandó a sus secuaces a darle un “aviso” a Hipatia, directora de la biblioteca, científica, hermosa y demasiado independiente para aquellos tiempos. Los pandilleros se la encontraron en su carruaje camino del curro, la desnudaron como machos ¡bien machos! y la descuartizaron. La Santa Iglesia nombró al obispo San Cirilo de Alejandría.
Me gustaría que quedara claro que respeto a los creyentes, siempre que no hagan barbaridades, porque tengo claro que la canonización de los santos no se hace por votación popular, ya que la Iglesia puede que sea Santa, pero no democrática.
A celebrar San Isidro el explotador de sus sirvientes, me resisto un poco.