Las guerras de aquí y de allá

Los medios no lo pueden contar todo, eso es evidente, por eso seleccionan lo que les interesa. Llamamos “Realidad mediática” a la parte de la realidad que seleccionan los medios y cuentan “a su manera”.

Hay muchas guerras en el mundo pero aquí, los medios, sólo nos imponen la de Ucrania porque dicen que es la “nuestra” y nos machacan a diario con ella.

Pero hay otra guerra en Francia, al menos así lo entiende el cuerpo policial y Macron no se atreve a contradecirlos. En los últimos días, ha habido en Francia 5.000 coches incendiados, 250 ataques a comisarías y cerca de 1000 edificios incendiados. Esto se cuenta en un artículo titulado: El abandono de las banlieues: la ‘bomba de relojería’ que le ha estallado a Macron en la cara en El Salto, un pequeño diario digital, no en los grandes medios.

Es lamentable que en una “democracia” haya que ir a los medios pequeños para encontrar noticias importantes, porque los grandes se afanan en ocultarlas.

El conflicto de Ucrania es un conflicto entre bloques: EEUU contra Rusia y China, y un gran negocio de la OTAN y el “complejo industrial-militar”, esas son las guerras que la “realidad mediática” quiere que hagamos nuestras. El conflicto de Francia es un conflicto de clases: la “gente de bien” contra todos los demás. La peor parte la llevan los barrios periféricos donde se ensaña la policía, pero hasta hace poco vimos a las masas obreras tratando de impedir una reforma de las pensiones injusta y poco antes a “los chalecos amarillos” con reclamaciones laborales.

Al capitalismo salvaje le sobran las periferias. En el conflicto francés, Sarkozy, Hollande y Macron (el bipartidismo francés) no hicieron nada para reequilibrar el enorme contraste entre ricos y pobres. Su única respuesta es la represión y ante esa respuesta se hace difícil el diálogo. “Los disturbios son el único medio para que nos escuchen” se oye en las periferias francesas.

Por aquí, el ministro Garzón reconoce: “El Gobierno ha gestionado bien una enormidad de dificultades [pandemia, volcán, guerra], pero esa gestión no ha sido capaz de compensar un daño muy grande que se ha producido a las capas populares, en las finanzas de las familias”.

Y las leyes mordaza siguen vigentes.

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