Tal día como hoy, hace 500 años, llegó a Sanlúcar de Barrameda la nave Victoria (Vitoria se defiende ahora como nombre real) con 18 hombres famélicos.
No fue una operación deportiva, sino un intento de operación comercial. Carlos I, necesitado de money, quiso participar en el floreciente negocio de las especias. A tal fin, contrató al portugués Magallanes para buscar la ruta occidental a las costas asiáticas del Pacífico –sede del suculento mercado-, ya que por el tratado de Tordesillas (Portugal y España, con la ayuda del Papa se repartieron el mundo) España no podía ir por el camino más corto, bordeando África.
Magallanes encontró la ruta y comenzó el mercadeo, pero murió en una refriega. No sabemos si el portugués conocía la ruta de vuelta, pero Elcano, que le sucedió en la jefatura de la expedición, la desconocía.
Habían salido de Sanlúcar de Barrameda, en 1519, cinco naves con 239 hombres y volvía una con unos pocos. Desconociendo el tornaviaje decidieron volver por las rutas de los portugueses, al modo USA, contraviniendo las leyes internacionales. Tras muchas penalidades llegaron a Sanlúcar 18 hombres famélicos con un cargamento de especias escondido en las bodegas que permitió financiar la expedición.
Esta, accidentada e ilegal, primera vuelta al mundo hizo posible, casi cincuenta años después (ya con Felipe II), cuando se encontró la ruta de vuelta, la primera operación comercial que se puede considerar global, que duró 250 años y puso como moneda mundial el real de a 8 castellano: El Galeón de Manila.