El Ministro de Consumo explicó el daño que causan las macrogranjas en un diario británico y esto ha causado una filomena económico-político-mediática que nos ha mostrado a la mayoría de los españoles que lo tenemos todo en contra.
Lo que dijo el ministro es que la ganadería extensiva era más saludable para la población y más sostenible ambientalmente que las ganadería intensiva o industrial como las macrogranjas. Esta declaración favorable a la salud de los españoles frente al “mayor beneficio” de las grandes empresas contaminantes, rápidamente se manipuló por parte de una empresa de comunicación (lease propaganda) cercana a una de las macrogranjas y el bulo resultante fué adoptado de inmediato por VOX, el PP y la mayor parte de los medios de desinformación españoles.
Lo que resulta inaceptable es que varios miembros del gobierno (sección PSOE) defendieran el bulo alegando la falsedad de que el Ministro hablaba “a título personal”. Y que, al menos dos presidentes autonómicos-PSOE, Lambán y García Page, se adhirieran a la defensa de la macrogranjas, cuando el segundo ha establecido una moratoria para evitar su proliferación.
Resulta alarmante que el partido hegemónico en el gobierno y sus autoridades autonómicas defiendan a las empresas contaminantes contra la salud de los españoles y la normativa europea, como se explica con datos en un artículo de elDiario.es, porque esas políticas son típicas de la corrupción.
De la desinformación mediática, mejor no hablar. Algunos periodistas llevan un tiempo protestando por el deterioro de su profesión. Rosa Mª Artal, ha publicado esta semana en elDiario.es dos artículos: una petición a los magos “Carta de deseos: una TVE que informe” y “El poder del bulo” que trata de estas desinformaciones y en el mismo diario digital aparecen los datos que testifican a favor del Ministro del Consumo.
Resulta lamentable que los medios públicos se apunten al bulo; como explica el primer artículo de Artal y hoy mismo, en el informativo de las 8h de RNE se vuelve a apoyar el bulo, cuando desde el día 5 Público.es denunciaba el itinerario del mismo y en el mismo diario el día 7 Juantxo López Uralde y Alejandra Jacinto Uranga explicaban el tema con datos y sin bulos
La conclusión es desalentadora. Este sistema politico-económico es tan injusto que necesita de la desinformación para que creamos que funciona bien y que no hay otras posibilidades. En otras palabras, ocultan la estafa a la ciudadanía.
Por suerte, quedan algunos diarios digitales que nos permiten comprender la realidad
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¿HEMOS PERDIDO NUESTRA CAPACIDAD DE INDIGNARNOS? (VIII)
Entonces me pregunto (me refiero a que con un dinero que no esté relacionado cibernéticamente con aquél que lo posea es imposible eliminar que con él se pueda comprar a todos los que se presten a cooperar en la materialización de hechos delictivos), ¿cómo podemos evitar que lo que he señalado entre paréntesis se siga cometiendo? Y la respuesta naturalmente está en las denuncias que tenemos que hacer para que se conozcan (y en su caso se proceda contra los que figurando en las nóminas de los que, o bien tienen algo que ocular, o pretenden ocultar lo que tratan de hacer), a los que son instrumentos de los poderosos. Entre ellos podríamos citar una parte significativa de la cúpula de la iglesia. No hay más que ver la rentabilidad que a lo largo de los años ha tenido la existencia de un pesebre, una mula y un buey. Se encontrarían asimismo los políticos que (a semejanza de Antonio Miguel Carmona), ostentando cargos decisorios en los parlamentos, establecen regulaciones que atentan contra la libertad, el derecho y los intereses del pueblo. Lo que ocurre es que para llegar a los que determinan cómo se tiene que utilizar a los demás, hay que denunciar a los medios de desinformación que facilitan el que existan alfombras bajo las cuales ocultar la corrupción y la vergonzosa administración y ejecución de los servicios que desgraciadamente presta el Sector Público. Desde hace veinticuatro días (mañana y tarde),vengo llamando al 955016358 para que me concedan una cita médica. Veinticuatro día en los que sólo he conseguido que cojan y vuelvan a colgar el teléfono. Hoy he tenido que perder toda la mañana para desplazarme y solicitarla personalmente; y al mismo tiempo presentar una hoja de reclamaciones que sólo llega a la SS.; y consecuentemente a los que son responsables de sus propias inutilidades. Lo que ocurre es que si esta hoja de reclamaciones tuviera que haberla hecho en función de las quejas que hubiera de formular contra un centro comercial (y aquí tenemos los obstáculos que pone el Sector Público con respecto a la mala praxis del Sector Privado), esta hoja también tendría que presentarla personalmente en un centro de atención al consumidor. Es decir, seguimos soportando tanto la ineficiencia y el abuso de ambos sectores, como la pasividad con la que nos comportamos cuando están abusando de nosotros, de nuestro tiempo y sobre todo de nuestra falta de capacidad para revelarnos contra una administración que tan sólo administra lo que nosotros le permitimos que haga. Nos ponen todos los obstáculos habidos y por haber para que nada cambie; porque el cambio representaría que tendrían que dar cuenta de sus actos. Y a este objetivo cuentan con la colaboración de unos medios de desinformación, televisivos (y como muestra tenemos tanto la televisión pública como la privada) y los periódicos impresos. Unos verdaderos Ministerios de la Verdad con los que tapar la mierda y mantener al pueblo en un estado vegetativo que no denuncie y no moleste a los que tan sumisamente nos han llevado al abrevadero.
A este respecto es sobradamente conocido el argumento con el que se trata de evitar que se conozca la basura en la que prosperan muchos de los que tienen que hacer uso de la alfombra. Consideran que la mejor manera de evitar las denuncias es «bautizar» como chivato a quiénes puedan llegar a levantarla. Como le ocurrió a José Luis Peña; ex-consejal de Majadahonda. Y como el bautismo es un sacramento que lava y redime el pecado que su práctica pudiera conllevar, el chivato es un ser estigmatizado por la propia sociedad a la que pretende defender. Es una utilización más de aquel coma pienso y no piense que aunque atenta contra nuestra capacidad de razonar, genera para el que hace uso de la pila pingües beneficios. Actualmente estamos viendo cómo unas declaraciones del ministro Alberto Garzón sobre la calidad de la carne que se produce en las macro-granjas españolas no sólo ha sido manipuladas por los dedicados a «informarnos» sobre las palabras contenidas en esas declaraciones, sino que incluso han llegado a decir que, de lo que de ellas se decía, se desprendía la asunción de que estas carnes eran venenosas (Emisora de televisión el Toro. Antonio Naranjo. Periodista de Herrera en la Cope. 4/01/2022). A lo mejor fue un pequeño lapsus lingue; pero conociendo las veces que las lenguas son utilizadas por estos medios para desacreditar (e incluso, en este caso, colaborar a que echen del Gobierno a un ministro que lo que ha denunciado es la calidad de la carne que se produce en las macro-granjas), al que consideran un «chivato,» intuyo que de tener que aceptar lo del lapsus tendríamos también que aceptar que como justificación, esta utilización tendremos que asumirla como algo natural y por tanto «bautizada» en función de su continuada recurrencia.
Y ahora, después de haber visto que según los argumentos del Psoe (refrendados por su presidente con su declaración de lamentar las declaraciones de Alberto Garzón), según los cuales las pretensiones del PP es desacreditar a su rival en las elecciones d Castilla-La Mancha, me pregunto ¿No se habrá producido este libelo como consecuencia de que al ser más competitiva la producción de las macro-granjas (y consecuentemente poder soportar los precios que pagan por la leche las grandes superficies), lo que se busca es que los ganaderos que no pueden competir con ellas (al igual que hicieron esas grandes superficies), desaparezcan del mercado?
A mi entender, no sólo hemos de convertirnos en «chivatos.» Es preciso forjar una suerte de asambleas en las que coordinar, analizar, ponderar y denunciar los abusos que tan calladamente estamos soportando. Unas asambleas cuyo funcionamiento describo en la obra que he subido a Amazon.
Me importa un pimiento si creéis (como algunos me han dicho), que lo que trato es obtener un beneficio con su promoción. Bastante resultado trato de obtener quitándole las legañas a los que adormecidos, ni ven ni se rebelan contra los que pretenden que sigamos sin ver.
Os vuelvo a recordar que el contenido de estos artículos podéis encontrarlo en el grupo que he creado bajo el título Leopoldo de Gregorio.
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