En El País de hoy se cuenta como la dirección de un instituto de Móstoles ha comunicado al profesorado que pondrá un sobre en secretaría para que depositen el dinero que consideren para ayudar a los alumnos a pagar el examen de acceso a la universidad Rey Juan Carlos.
No cabe duda de que en la Comunidad de Madrid se están aplicando políticas «imaginativas», incluso insólitas. No se conocen aún empresas que pidan a sus trabajadores que paguen parte de las materias primas o la maquinaria. Pero todo se andará.
Esto después de solicitar a la universidad que ayudara a los menores más desfavorecidos que no podrán pagar las tasas del examen y a la Consejería de Educación por el tema de la tasa del título de Bachiller, en ambos casos con resultado negativo. La universidad contestó que esa tasa la establece la Comunidad de Madrid.
Esta es la LIBERTAD de elegir de Ayuso, sólo para los que la puedan pagar.
El problema empezó cuando Esperanza Aguirre recortó el presupuesto de las universidades públicas, obligándolas a subir sus tasas que, en este momento, son las más caras de España, junto con las de Cataluña. Por supuesto que las privadas son aún mucho más caras.
Como vemos, la gratuidad de la enseñanza pública no llega ni al Bachiller y los de la Libertad no están muy interesados en que vayan a la universidad otros que sus hijos.
Que el equipo directivo del instituto tome esa medida, en vez de otras muchas posibles, puede indicar que quiere ocultar el escándalo a costa del profesorado.
En el mismo artículo, se explica como, según el informe de Cáritas, en la Comunidad de Madrid la desigualdad entre el 20% más rico y el 20% más pobre era en 2019 la más alta de España y sigue creciendo.
Estos son los resultados de las políticas de Esperanza Aguirre y sus ranas, que se envuelven en la bandera y cantos a la libertad para ocultar la corrupción y las medidas más injustas. Alguien dijo que la bandera es el último refugio de los sinvergüenzas.