Un medio más, en el conjunto de los grandes medios españoles, que carecen de credibilidad para sus audiencias (investigación de la Universidad de Oxford), porque se pliegan a los intereses de los grandes accionistas y anunciantes, en contra de las necesidades de las personas a las que dicen dirigirse.
Si en un debate, una persona insulta, habrá que sacarla del debate antes de que se tenga que ir el insultado. Como la presentadora no lo hizo y las redes sociales empezaron a hervir, los representantes del PSOE y Más Madrid, una hora más tarde, también se tuvieron que ir porque se dieron cuenta que estaban haciendo el ridículo. Lo debieron hacer antes, pero parece que son un poco lentos.
La experimentada presentadora, comprendió entonces que quedarse con Ciudadanos y la insultona no le venía bien y prefirió suspender el programa.
Al presidente Trump, tres cadenas televisivas le cortaron la señal en pleno discurso por temas como este, ella no fue capaz de cerrarle el micrófono a la candidata de ultraderecha.
Tampoco la ministra de Defensa les para en los ejércitos y prefiere mirar hacia otro lado. Quizá por eso no le han mandado las balas de rigor.
Se está cerrando el círculo. Salimos del franquismo y, tras dar un rodeo, vamos al fascismo.
Si no lo remediamos nosotros, porque los grandes medios apoyan esa ruta y veremos como se porta el ministro que, siendo el responsable de la policía, ha recibido el mensaje de plomo.
Votar consecuentemente en las elecciones es imprescindible, aunque quizá insuficiente.