El capitalismo salvaje lo está precarizando todo para optimizar sus beneficios. Precarizó salarios y derechos laborales con una reforma laboral que parece imposible de reformar; para ello presiona a los políticos limitando su capacidad de maniobra. Las fuerzas económicas y empresariales están consiguiendo algo que vienen buscando hace mucho tiempo: precarizar la democracia.
El PSOE no puede formar gobierno porque los poderes fácticos le han dicho que tiene que hacerlo con Ciudadanos pero éstos se han salido de la vía y las barreras para pactar con Unidas Podemos parecen insalvables (salvo que Iglesias firme en blanco, que todo puede ocurrir).
Un sistema en el que la fuerza de los votantes es inferior a la de los poderes económicos es una dictadura: la dictadura de los mercados. Las instituciones del régimen del 78 ya no sirven porque los poderosos las tienen secuestradas.
Sánchez es consciente de ello y los dinosaurios de su partido, la vicepresidenta y varios ministros/as están en ese juego, quizá él también. Por eso las contradicciones, los titubeos y las investiduras fallidas. Sánchez no ha fracasado, ha dado un paso más en su carrera profesional. La batalla se libra fuera de las instituciones: en los despachos de las altas torres.
Decir, como Rufián, que la izquierda está dividida es no aceptar la realidad. El PSOE del postfranquismo no es izquierda, es derecha moderada (economía neoliberal -privatizaciones, fraude fiscal, reformas laborales …- con algunos gestos sociales). Esquerra Republicana tampoco: gobernando con el PdeCAT ha generado más recortes sociales en Cataluña que en el resto del país.
La izquierda está acosada y silenciada por el capital, que dispone para ello de mucho dinero (corrupción) y la armada mediática. La mayor parte de los medios que se autodenominan de comunicación son de propaganda. Controlada la información, la democracia está secuestrada por el mercado. Ninguno de los grandes poderes – ONU, BM, FMI, UE, OCDE- son democráticos.
El camino para la regeneración democrática está en las manifestaciones populares, no hay otro. Los poderosos lo saben y por eso impusieron las leyes mordaza (que parece que el PSOE tampoco quiere suprimir). Pero antes tendrán que agruparse y dejar de ser sectoriales.
Agrupémonos todos/as.