El Fondo Monetario Internacional ha declarado que la sostenibilidad de las pensiones peligra si se indexan al Índice de Precios al Consumo (IPC). Esto es lo más justo, porque precios y prestaciones tienen que ser equiparables, pero al FMI no le gusta porque haría peligrar el negocio de los Fondos de Pensiones privados.
Nunca oimos hablar de la sostenibilidad del Ejército, que no corre ningún peligro porque de él se deriva el inmenso negocio de la venta y consumo de armamento, además de mucho sufrimiento y muertes.
Las pensiones no son ni sostenibles, ni lo contrario, porque son un derecho de las personas y el Estado, según la Constitución, está obligado a mantenerlas con una prestación que permita una vida digna (art. 50), con caja de pensiones o directamente del presupuesto nacional como el ejército, la educación, la sanidad, la representación internacional, etc.
El FMI es uno de los lobbies de las finanzas y no tiene ninguna credibilidad porque ya ha reconocido muchas veces que se ha equivocado y porque siempre falla al elegir su propio presidente. ¿Como vamos a confiar en un organismo que estuvo dirigido por Rodrigo Rato que acaba de se condenado a 4 años y medio, por ahora, por el Tribunal Supremo? Su sucesor, Strauss Kahn, tuvo que dimitir acusado de violación y proxenetismo y su sucesora, la actual, cuando deje el cargo puede que la justicia francesa la reclame por más 40 millones que cedió a un empresario cuando era ministra de Economía con Sarkozy.
Los Fondos de Pensiones, como todas las mafias financieras, defienden sus negocios amparados en la complicidad de la armada mediática, pero conviene tener claro cuales son nuestros derechos y defenderlos (los yayos lo están haciendo muy bien, pero esto es un problema de todxs) porque si no los defendemos nos los robarán.
Las mafias financieras y los gobernantes corruptos están en ello.