Con frecuencia los grandes medios defienden actos que impliquen la presencia de multitudes (la visita del Papa, la manifestación Gay, el Mobile World Congress … ) en las grandes ciudades por la gran cantidad de dinero que dejan en las mismas. Lo que nunca explican es quién se lleva los beneficios, aunque la cortada, como siempre, son los puestos de trabajo que generan.
La base de ese razonamiento es la mentira neoliberal de la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro que se alimentaba con las migajas que caían de la mesa del señor. En consecuencia, si las empresas ganan mucho crearán puestos de trabajo que beneficiarán a todos.
Parece mentira que después de la Reforma Laboral se sigan utilizando estos argumentos porque, en una economía financiarizada los beneficios de las empresas no suelen reinvertirse en la economía productiva sino en la especulativa y porque tal reforma ha reducido tanto los salarios que ya hay mucha gente que no puede comer de ellos.
Un artículo del digital diario.es “471 millones para Barcelona… y azafatas a 7 euros la hora: cara y cruz del impacto del Mobile World Congress” explica las condiciones laborales de los puestos que se han creado con motivo de este evento y aclara quienes se han beneficiado realmente (nunca mejor dicho).
El congreso ha sido utilizado por los grandes medios como herramienta política para atacar a la alcaldesa de Barcelona por no asistir al besamanos (otros lo llaman lameculos) del Rey. En el artículo se ve la precariedad de los trabajos creados y es seguro que las distintas administraciones (Ayuntamiento, Generalitat, Gobierno de España) han tenido que poner mucho dinero para garantizar que este evento, que favorece sobre todo a las grandes empresas de móviles y a la hostelería barcelonesa (que puso precios de temporada alta que seguramente no repercutieron en sus empleados), transcurriera sin grandes problemas.
Ada Colau ha dicho que se hará un estudio sobre la incidencia económica del evento y nos gustará conocer los resultados porque, en estos casos, se suele gastar mucho dinero de nuestros impuestos para beneficiar a grandes empresas que o tributan poco o/y lo hacen en Paraísos Fiscales.
El negocio siempre es para los mismos, que son una minoría. Que además lo tengamos que pagar entre todos es una gran estafa.
Precisamente los argumentos son los mismos que los de la reforma laboral, precarizar empleo y hacernos creer que les debemos alabanzas por haberlo creado.
Con 8 años en la Armada como electricista. Habiendo manejado y reparado turbinas de gas, motores diesel, la planta de control de los mismos y más cosas, me fui de la Armada por motivos familiares, y buscando trabajo, la respuesta que me dieron en la primera empresa fue: A parte de barrer y fregar cubiertas que más sabes hacer La cara que se me quedo