Harvey Weinstein es el Donald Trump o el Silvio Berlusconi de Hollywood. Empresarios individualistas y egocéntricos feroces incapaces de respetar a los demás porque lo suyo es machacar. El triunfo de la competencia.
En el capitalismo salvaje todos los protagonistas son depredadores. Tienen que ser triunfadores totales y eso sólo se consigue imponiendo sus condiciones, ya sean económicas, laborales o sexuales. Su éxito se basa en la explotación. La Ley no tiene sentido ante las oportunidades de negocio. El mercado es Dios y se regula por si mismo.
Hace años que estamos viendo a donde nos lleva: de burbuja en burbuja a la destrucción del planeta.
Que la prensa se escandalice ahora de las hazañas de un empresario violador, forma parte del espectáculo que montan los medios para conseguir audiencia.
Lo dijo Trump el año pasado: si tienes dinero puedes agarrar a cualquier mujer por el coño. Que se puede traducir por: si tienes dinero, todas las personas son mercancías.
En esto consiste el Libre Mercado.