El Producto Interior Bruto de un país es la riqueza que se produce durante un año.
Está diciendo Rajoy que el PIB está llegando a las cifras de antes de la crisis y puede que sea cierto. Lo que no dice es cómo se reparte esa riqueza.
Con el desplome de los salarios y la subida de los impuestos indirectos ese reparto es cada vez más injusto porque se inclina del lado de los beneficios empresariales y aumenta la desigualdad.
En esta coyuntura, la subida del PIB beneficia sobre todo a los grandes empresarios y a las grandes fortunas, quizá por eso lo celebra Rajoy, aprovechándose de que la mayor parte de los españoles no conoce los detalles y puede suponer que eso es bueno para todos.
Realmente, el PIB (como concepto abstracto) no tiene ninguna culpa, aunque sirve para ocultar la desigualdad. Los cabrones son los economistas y políticos que utilizan el PIB para hacer creer que mejora la situación económica, cuando esto sólo es cierto para unos pocos, los de siempre.
Hay otro índice, el GINI, que mide la desigualdad, pero ese los medios de propaganda lo ocultan sistemáticamente. No hay más que comparar la aparición del PIB con la del GINI en El País para comprobarlo.
Se podría mejorar la cultura económica de los españoles, pero eso debilitaría las formas de engañarnos.