El profesor Vicenç Navarro publica hoy un artículo titulado “¿Por qué el PP, C’s y el PSOE (y el PDECat en Catalunya) están equivocados en sus políticas económicas?” en el que desmonta los fundamentos de las medidas económicas que está aplicando el gobierno de los corruptos, a petición de la Unión Europea y con la complicidad de los partidos de centro-derecha y apunta las medidas que realmente nos podrían hacer salir de la crisis.
Muchas de estas medidas no son nuevas, son las que tomó el presidente USA Roosevelt para superar el crack del 29 y algunas otras, que son de justicia, como restaurar los impuestos que graban a las grandes corporaciones y a las grandes fortunas y hacer más progresivo el IRPF.
Es lamentable que algo tan evidente haya que estar repitiéndolo continuamente, pero la armada mediática y los discursos políticos de la derecha nos machacan diariamente con el discurso contrario intentando que la repetición continua de la mentira nos empuje a terminar aceptándola como verdad.
Como, dice el profesor Navarro: así de claro.
Estimado Antonio, no comparto que exista una lógica económica buena y una mala del sistema capitalista. No creo que las políticas keynesianas que defiende Navarro sean » lo mejor» o lo más razonable para la economía. La prueba está en toda la política económica que el PP ha venido realizando desde el estallido de la crisis. El dilema es qué políticas económicas hay que aplicar para defender los intereses de las elites económicas más poderosas de la sociedad, y que no se preocupe Navarro que los Botín, Amancio Ortega, Alierta y compañía saben perfectamente cuáles son las políticas económicas que les benefician, y estas las imponen al gobierno de turno, sea liberal o socialdemócrata.
Por tanto, no es posible decir que una determinada política económica (en este caso reformista) es la que mejor responde a la lógica del sistema económico porque dependerá de a quien beneficie, dependerá de en quien estemos pensando.
Es evidente que las políticas económicas aplicadas durante estos años por el PP han provocado que los ricos sean cada vez más numerosos y mucho más ricos, sirva de botón de muestra Amancio Ortega, y que los bancos en ruinas tengan beneficios mil millonarios de nuevo, y que las empresas del Ibex 35 hayan alcanzado nuevos records en sus cuentas de resultados, todo esto en un contexto de crisis económica sin precedentes desde los años 70 y aún más. Entonces dónde falla la lógica económica de estas medidas para los grandes capitalistas. Pues no falla por ningún lado. Que no se preocupe Vicens Navarro que esta gente tiene buenos asesores y buenas relaciones con el gobierno, que no se preocupe porque esta elite es muy consecuente a la hora de defender sus intereses y a la vista está. El capitalismo no es un sistema lógico, nunca lo ha sido. Un capitalista aunque tenga intereses de clase compartidos con otro capitalista, también puede competir con él. Pues imagina lo que tiene en común un potentado con un obrero o con un parado o con un empleado o con un estudiante de un barrio periférico de Madrid. Nada. Es más todo lo contrario. No hay una política razonable, hay una política que beneficia a unos y perjudica (lógicamente) a otros, y en eso la derecha española no tiene dudas que le resuelva Navarro, son muy buenos conocedores de qué intereses de clase defienden y lo han demostrado muy bien a lo largo de todos estos años. Que más quisiéramos nosotros que la izquierda fuera tan consecuente a la hora de defender los intereses de los trabajadores, o de las clases medias, o de los parados, etc. Las políticas keynesianas de Navarro pueden aliviar la situación de estas clases humildes pero no son compatibles con el incremento de los beneficios de los grandes grupos económicos de España. Incluso pueden servir en una determinada situación política como ocurrió en la postguerra mundial con la amenaza revolucionaria por todo el mundo, pero hoy la política keynesiana de aumento del gasto público y de reformas a favor de los trabajadores es incompatible con el mantenimiento y aumento de la riqueza de los más poderosos por eso no se han aplicado durante todos estos años de crisis. Eso sin perjuicio de que muy de vez en cuando alguna medida reformista venga bien, como por ejemplo hoy con el aumento de salario mínimo interprofesional (después de 30 años) , pero será un caso puntual.
Hoy no es posible una política reformista en términos generales, por eso la socialdemocracia está desangrándose, la función política que tenía atribuida la socialdemocracia desde el fin de la segunda guerra mundial ha desaparecido, ya no hay posibilidad de implementar reformas que mejoren y alivien el capitalismo. Todo el mundo capitalista lucha ferozmente para que no las haya, lo puedes comprobar cómo la nación más poderosa del mundo ha sido incapaz de establecer un mínimo sistema de salud como el defendido por Obama (Obamacare). No caben reformas que suavicen el capitalismo, y la política económica que defiende Vicens Navarro es la política de reformas de la socialdemocracia de la segunda mitad del siglo XX. Esta es la razón política de fondo por la que la socialdemocracia está desapareciendo del mapa político porque ha perdido su función dentro del sistema capitalista. Cada vez más el sistema económico está recurriendo a otras opciones más a la derecha. Incluso el liberalismo de hace 20 años parece izquierdismo hoy día, mira en Francia como la alternativa al Frente Nacional es un ultraconservador. Se elige entre lo malo (Clinton) y lo peor (Trump). Dónde esta aquí la socialdemocracia, y si no está la socialdemocracia porque iba a mantenerse su programa económico: las políticas Keynesianas. Eso si que no tiene ninguna lógica, Navarro insiste defendiendo a la socialdemocracia cuando la realidad nos ha dicho una y cien veces de forma tozuda que el capitalismo reformista humanitario y bondadoso con la clase trabajadora ha pasado a la historia. Serán necesarias muchas batallas, mucha lucha de clases para invertir esta situación, y con los dirigentes políticos que tenemos en la izquierda política y sindical no será posible. Necesitamos otra dirección.