Hoy recibirá 554 millones de euros en concepto de dividendos y al finalizar 2016 habrá recibido un total de 1108 millones. Él es de los que la causan.
Los que trabajan para él, salvo una minoría que son sus “hombres de confianza” y cobran sueldos astronómicos, si sufrirán la crisis porque habitan en países subdesarrollados, sujetos a sistemas de trabajo esclavistas y donde los beneficios de este modélico empresario no tributan.
En España tributa muy poco. Prefiere hacerlo en Irlanda donde las cargas tributarias son mucho más suaves.
En eso consisten los beneficios de los grandes empresarios: pagar poco a sus trabajadores y pagar los menos impuestos que sean posibles.
En eso consiste la corrupción de los políticos: aceptar que la carga impositiva que necesitan los servicios del país la soporten las familias crucificadas por la crisis en vez de los ricos y los grandes empresarios.
Esta es la estafa del capitalismo salvaje que algunos (ya cada vez menos) llaman Democracia.
No necesitamos un gobierno de cambio, sino un gobierno que transforme el sistema.