La dimisión de Varufakis para facilitar el diálogo con el Eurogrupo (ministros de Finanzas de la UE), es un signo más de que los que gobiernan no son más que representantes de los que mandan.
Varufakis era el ministro con más nivel intelectual y científico del grupo y eso sus compañeros del Eurogrupo no lo han podido soportar porque saben bien que su futuro depende de ejercer su función según las órdenes que vengan de arriba, no de criterios científicos o de justicia social. Por eso no tenían razones para discutir con Varufakis y por eso se han negado a que siguiera en el grupo porque les dejaba con el culo al aire.
¿Que se puede esperan de Guindos, que era ejecutivo de Lehman Brothers cuando quebró y le colocaron de ministro en España para que cumpliera las órdenes que le llegaran de la banca americana? Y lo ha debido hacer bien, porque con sus medidas España no ha mejorado, pero él ahora opta a jefe del Eurogrupo.
¿Qué intereses defiende la cucaracha con ruedas que suele acompañar a Merkel y defiende con ferocidad las políticas austericidas sobre los países del sur?
Y ¿qué decir de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea?, que ha llegado a ese puesto porque cuando gobernó en Luxemburgo consiguió que las grandes corporaciones tributaran al 1%.
En este grupo de pringaos Varufakis no es que impartiera lecciones, que podría hacerlo, es que resultaba molesto porque veía las trampas en el juego. Por eso ha tenido que dimitir.
No lo siento por él, que trabajo no le faltará, lo siento por nosotros que estamos en manos de un grupo de ladrones. Nos interesa una Unión Europea que sea democrática, transparente y participativa, no un club de banqueros.
El caso de Grecia no es el primero, vean la suspensión del pago de la deuda que hizo el presidente de Perú en 1984. Lamentablemente tampoco será el último, pero la solución es clara: más democracia.