En los últimos tiempos, sobre todo después de la Reforma Laboral, estábamos acostumbrándonos a que los empresarios atentaran con mucha frecuencia contra los derechos de los trabajadores, incluso contra su derecho a la subsistencia, con salarios de miseria y condiciones de esclavitud. Curiosamente, se acabó ETA y ahora atacan empresarios y financieros.
La verdad es que nos extrañaba que, sobre todo los pequeños y medianos empresarios, atacaran las capacidades de consumo de sus trabajadores porque es tirar piedras contra su propio tejado, ya que son ellos los que compran sus productos o servicios.
Hoy, por fin, un empresario ha atacado en la buena dirección, en la del partido del gobierno que se ha puesto del lado de las empresas del Ibex y en contra de las pequeñas y medianas y sobre todo de los españoles en general. Claro que un grano no hace granero.
Los ciudadanos llevan años saliendo a la calle para protestar contra los ataques a sus derechos, pero los pequeños y medianos empresarios, que son igual de perjudicados que ellos, no hacen nada para conseguir unas políticas más justas. A ver si con el episodio de hoy en la calle Génova, se dan cuenta, por fin, de quienes son sus enemigos y los nuestros. Porque parecen un poco torpes.
Y hablando de torpes, la presencia de los dirigentes sindicales en el acto de caridad navideña a los parados, tan propia de gobiernos derechistas y católicos, resultó francamente patética.