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Vampiros en Wall Street

Ayer publicaba El País una columna del Nobel de Economía Paul Krugman que empezaba diciendo que los vampiros de Wall Street compraron el Congreso (de USA) con la idea de cambiar una ley de control de las finanzas que no les conviene.

Ya sabemos, todos los medios de propaganda lo dicen, que hay muchas teorías conspiranoicas y que las conspiraciones no existen pero, según Krugman, estos grupos financieros son vampiros no sólo porque chupen la sangre a la economía, lo son además porque no resisten la luz del sol. Sólo se encuentran a gusto en la oscuridad.

Lo importante no son estas maniobras, sino que, a pesar de las dificultades, en USA se llegan a establecer leyes que controlan las finanzas, es decir, el poder político intenta controlar a las mafias financieras y consigue bastantes logros.

Esto no pasa ni en la Unión Europea, ni en España. Aquí mandan las mafias financieras, las tenemos en el gobierno, y se ofrece la sangre de los más débiles a los vampiros.

El gobierno mundial de los expertos

El País publica hoy una entrevista de Marc Bassets al politólogo Josep Colomer, profesor de la Universidad de Georgetown que ha publicado un ensayo sobre el gobierno mundial de los expertos.

Lo que se puede entender de la entrevista es que los organismos supranacionales como el Banco Mundial o el FMI son más eficaces y transparentes (deben ser transparentes para algunos) que los nacionales y que quizá no llegue a haber un gobierno mundial pero, si lo hubiese, debería ser de expertos.

Esto es lo más parecido a una campaña mediática para desacreditar la democracia representativa y sustituirla por un comité de expertos que gobernarían con objetividad científica. Desde una óptica neoliberal en la que la economía y la política se rigen por leyes tan “naturales” como la física o la química, esto es perfectamente comprensible. Pero es que esas teorías se han demostrado completamente falsas. Piketty y la experiencia diaria lo han demostrado en la economía y el aumento de la desigualdad que producen el Banco Mundial, el FMI y el resto de los organismos internacionales, así como las revueltas islamistas o ciudadanas en Baltimore lo demuestran a diario en la política.

Esta es una batalla más de la guerra de los ricos para explotar a los pobres. En este caso, el profesor Colomer fabrica coartadas para legitimar la explotación de los pobres y El País le pone el altavoz porque todavía hay mucha gente que cree en ese diario, como también hay muchos que creen en la creación contra la evolución o en lo que ven todos los días: como el Sol da vueltas alrededor de la Tierra.

Tiene razón Warren Buffet estamos en una guerra y por ahora van ganando los ricos. Lo tenemos complicado pero yo apuesto por una democracia participativa, como lograrlo es otro asunto.

El teatro y la vida

Desde hace años, en esta cultura de masas se habla de la política y de otros aspectos sociales con argot teatral. Los gobernantes que quieren parecer cultos, para expresar que hay varias posibilidades, dicen que hay diferentes escenarios y el uso de estos términos desvela muchas más cosas de las que dicen y de las que se nota que no son conscientes.

Porque el teatro es una “representación” de la realidad que permite cambiarla, adulterarla, tergiversarla y, unas pocas veces, profundizar en ella. “Escenario”, “representación” y otros términos teatrales son posibilidades de mostrar los aspectos de la realidad que te interesan obviando los que te resultan molestos. En el escenario del periódico sólo aparecen las noticias que le interesan a los accionistas con el enfoque que les beneficia. Es su representación de la realidad. En la televisión esto se lleva al extremo.

Este es el escenario de la sociedad de mercado, en el que se reflejan como en los espejos del callejón del gato tantos aspectos de la realidad distorsionados. Y este tipo de sociedad, que acapara todos los medios disponibles, invade todas las esferas de nuestra vida, trata de hacernos vanales para debilitarnos y acaba haciendo vanal al propio teatro.

Menos mal que hay excepciones, gente que se niega a participar en este juego. Algunas de las muchas salas pequeñas de teatro que han aparecido en Madrid están en esta línea. El Teatro del Barrio y la Sala Mirador han tomado como lema “Si el Parlamento se ha convertido en un teatro, el Teatro tiene que ser un Parlamento”. Otras salas, sin un compromiso político tan explícito mantienen un nivel de exigencia profesional que les coloca en vías similares hacia el mismo destino.

En La Cuarta Pared están poniendo una obra “La mirada del otro”, de unas autoras “desconocidas”, con dos mesas, tres banquetas, algunas luces y tres actores (el Arte no es cuestión de dinero) que produce emoción, algo que pocas veces ocurre en el teatro. Pero habla de la vida real, de problemas muy importantes y lo hace con profesionalidad y honestidad. Habla de la tragedia del terrorismo vasco, del encuentro de un terrorista con la hija de su víctima y lo hace con datos tomados de la realidad; con diálogos inspirados en los verdaderos diálogos que han tenido esos encuentros.

En algunas de estas salas OFF de Madrid se está haciendo un teatro basado en la realidad. Así “Ruz – Bárcenas” con los diálogos textuales del interrogatorio, así “Invisibles” de Juan Diego Boto que consiguió un montón de premios en los Max del año pasado. El público consciente agradece y acude a estas oportunidades de reflexionar sobre la realidad.

Cuando el Arte y la Vida coinciden es cuando el Arte vale la pena. “La mirada del otro” se merece varios Max.

Las mafias politico-financieras en la U. E.

La colaboración de la Sra Merkel con los servicios secretos norteamericanos para espiar instituciones europeos e incluso gobernantes de otros países europeos es una muestra más de la falta de decencia y vergüenza que muestran si pudor la mayoría de los políticos europeos, al servicio de los intereses de las grandes corporaciones.

Su desprecio por la democracia y la justicia más elemental lo explica el profesor Vicenç Navarro en su artículo de hace dos días “Los establishments políticos y financieros europeos quieren terminar con Syriza” en el que muestra el comportamiento indecente de las instituciones y políticos europeos, especialmente los alemanes, para cargarse el gobierno de Syriza votado por mayoría en las últimas elecciones griegas.

No sería la primera vez que estas mafias político-financieras cambian un primer ministro, ya lo hicieron en Italia cuando impusieron a Mario Monti o en Grecia cuando quitaron a Papandreu por sugerir un referendum en su país para imponer los recortes. Estas mafias quitan y ponen a quienes les viene bien para sus intereses sin ningún respeto a la soberanía de los países europeos. No hay una Unión Europea, hay un gran negocio manejado por las grandes corporaciones.

No hay democracia en Europa, ni en sus países miembros, porque sus gobernantes han puesto su soberanía al servicio de la dictadura de los mercados. Que sepa el Sr. Rajoy que sus políticas austericidas no las hace en mi nombre, ni en el de muchos españoles. Está asumiendo unas decisiones en contra de los intereses de la mayoría de los españoles y espero que tarde o temprano pague por ello.

El negocio de la muerte

El Mediterráneo se está convirtiendo en un cementerio marino. Africanos y asiáticos desesperados tratan de llegar a Europa y muchos mueren en el intento. Como el mundo libre está lleno de vallas, algunos lo intentan por mar y emigran a la muerte.

Ya que la ONU (en manos de las grandes potencias) es incapaz de hacer nada, los políticos inútiles y corruptos que “gobiernan” la Unión Europea dicen que van a tomar cartas en el asunto de la única manera que saben: la guerra. ¿Contra quién? Contra los “contrabandistas de almas” (El País, dixit hoy).

El caos de Libia que llena las barcazas de la muerte, lo creó la OTAN matando al dictador y creando una situación permanente de guerras internas. No fue una solución, aumentó los problemas. La Historia habla bien claro: La guerra nunca es una solución, casi siempre es un negocio.

Nada de ir a las raíces del mal, combatamos los síntomas porque las raíces son intocables. Porque los verdaderos culpables no son las mafias que trafican con personas, son las mafias financieras que explotan las riquezas africanas y empobrecen a sus poblaciones corrompiendo a las élites y llevándose los recursos económicos más importantes de cada país. Es el expolio de las materias primas lo que lleva al hambre, la desesperación y en algunos casos al terrorismo a la población africana.

La solución al problema migratorio es fomentar un desarrollo sostenible de los países africanos que comienza por no explotarlos. El día que los africanos puedan vivir dignamente en sus propios países no necesitarán emigrar. Pero eso va contra el negocio, el capitalismo salvaje no puede dejar de crecer y las materias primas africanas y los servicios públicos de los países desarrollados son ahora metas de su insensata e imposible carrera.

Ese negocio, el de Wall Street, es el negocio de la muerte y los ministros de los países europeos los comparsas, empapados de sangre, de tales crímenes.

Varufakis

Magníficas lecciones de política económica en el Salvados de ayer, a pesar de Jordi Evole que planteó bastantes cuestiones por debajo del nivel de las intervenciones del profesor. Normal, sólo los periodistas y los maestros pueden hablar de cualquier tema; en los maestros se puede justificar cuando se dirigen a la población infantil, pero los periodistas hablan para adultos, no tienen justificación.

Otros periodistas (el Mundo y el País) que también participaron, tampoco estuvieron a la altura convencidos o encadenados a las posturas de sus medios. Destacar que Varufakis está solo en la comisión económica europea es pueril porque no contempla que si algún ministro de economía europeo se pusiese de su lado sería expulsado de su cargo por Frau Merkel.

Es curioso que los “nuevos políticos” rechazan el estatus de “políticos” porque se consideran ciudadanos que han tenido que meterse en política ante la corrupción y podredumbre del sistema. Por un deber cívico.

Varufakis era un economista de talla internacional antes de llegar al gobierno. Manuela Carmena y Luis García Montero también concurren a las elecciones madrileñas desde un deber cívico. No así Gabilondo que siendo catedrático de Metafísica es más conocido por su faceta de rector universitario que no deja de ser un cargo político.

Los medios de propaganda, sin razones ni argumentos, no cesan de tratar de enfangar a estas personas capaces y honradas, distrayendo con problemas superficiales: soberbia, sincorbatismo, etc. Es curioso que Varufakis ocupe asiduamente las páginas de los medios comerciales, siempre en boca de los demás, raramente con sus propias palabras. Aún no he visto en El País un artículo firmado por este eminente economista. Sus artículos hay que buscarlos en los medios digitales periféricos.

Los medios de propaganda mienten con frecuencia, pero sobre todo ocultan lo que no les interesa confiando en que el ciudadano ingenuo piense que no existe. Que haya gente que aún confíe en los medios tradicionales es algo que no acierto a entender.

Tiempo de locura

Los tiempos de crisis suelen ser tiempos de locura, en los que lo que se resiste a morir trata de disfrazarse para hacer ver que se ha transformado y, lo que es peor, las voces del poder lo imponen con una narración dotada de tanta “normalidad” que llegas a pensar “no puede ser, me quieren hacer ver una realidad que no existe, yo veo al rey desnudo ¿me estaré volviendo loco?”.

El discurso de hacer normal la mentira es ahora, como discurso del poder, labor de los periodistas y son los literatos, los que, con el pretexto de la ficción, pueden contar la verdad. Pasó en los últimos años de Franco cuando la realidad aparecía de forma descarnada en revistas satíricas como “Hermano Lobo”. Pasó en el siglo XIX cuando la explotación salvaje de la clase obrera se narra, como dice Piketty, en “Los Miserables” o en “Oliver Twist” mejor que en los periódicos de la época.

Esta semana aparecen en El País dos columnas que ilustran esta situación. J.J. Millás en Desaplausos retrata la locura de aplaudir apasionadamente el discurso vacío, con el fin de legitimarlo y autolegitimarse. Manuel Rivas en Fruto Ruz reflexiona sobre la aparición de “frutos extraños” (y terroríficos) en los campos de nuestra vida cotidiana. ¿Nos acostumbraremos a ello?.

Se puede vivir en la locura, pero no es sano; quizá tampoco es vida, simplemente supervivencia. ¿Es ese el futuro que queremos para nosotros y nuestros descendientes?

Nos quieren convertir en antenas

En la universidad pública Carlos III de Madrid, tres investigadoras, han desarrollado una patente para fabricar chaquetas con antenas que multiplican por diez la velocidad de subida de información de los teléfonos móviles.

Es curioso que las “investigadoras” que han desarrollado estos dispositivos no sepan que las antenas de telefonía que tenemos en los tejados de algunas casas, como la wifi, están muy cuestionadas porque pueden producir cáncer y otras anomalías en la salud de las personas afectadas por los campos electromagnéticos que generan y que hay movimientos pidiendo la prohibición de la wifi en los centros docentes (Internet puede ir por cable) porque la población infantil, las personas mayores y otras muchas, por diferentes causas, se pueden ver afectadas por estas radiaciones.

Con este nuevo invento, que llaman “revolución tecnológica”, nos quieren convertir en antenas.

¿Sería mucho pedir que las oficinas de patentes exigieran un certificado de que el nuevo invento no atenta contra el derecho a la salud de las personas?

¿Sería mucho pedir que la formación que se da en las universidades sea un poco más global y contemple los derechos de las personas, además del lucro personal o corporativo?

¿Sería mucho pedir que las universidades públicas, y que pagamos todos los españoles, respeten los derechos humanos y el bien común por encima de los intereses financieros y empresariales?

¿Sería mucho pedir que los legisladores defiendan los derechos de sus representados por encima de los intereses de los lobbies?

El FMI ataca al gobierno griego

Esto es como los grupos de matones que hacer círculo para ir golpeando al débil que han rodeado. El golpe de ahora es un informe interno del FMI hecho para ser filtrado en letras grandes por los medios propagandísticos como El País. Es evidente que Grecia no podrá pagar ese préstamos del FMI si esa sucursal del Bundesbank que llaman Banco Central Europeo no le da las ayudas que le está regateando con sadismo tratando de obligarle a seguir ahogando a la población griega.

Las diferentes comisiones de la UE, el BCE, el FMI, Rajoy … se turnan en la paliza contra un estado miembro de la UE. ¡Es alucinante! ¿Qué clase de Unión Europea es esta en que unos países e instituciones machacan a otros países socios (no diremos amigos). Es lo de siempre: la lucha de clases.

La Unión Europea, el Banco Central Europeo, el gobierno alemán, el FMI están tratando de derribar un gobierno democrático y apoyado por el 70% de sus ciudadanos porque propone medidas humanitarias para su propia población, pero sobre todo, porque si sobrevive será el ejemplo a seguir para los nuevos gobiernos que irán apareciendo en España, Italia, Irlanda, etc. que tratarán de cambiar las políticas de explotación de los débiles impuestas por una Unión Europea dominada por la banca alemana y las mafias financieras.

No es el primer intento de golpe de estado financiero. Cambiaron, sin elecciones, al primer ministro italiano Berlusconi, que era un sinvergüenza pero había ganado en las urnas, e impusieron a Mario Monti procedente de Goldman Sachs; quitaron a Papandreu porque quiso hacer un referendum sobre los recortes que iban a imponer a Grecia y pusieron a Lucas Papademos que fué el político y economista que trucó las cuentas de Grecia, con la ayuda de Goldman Sachs, para que pudiera entrar en la U.E., y pusieron a Mario Draghi en el BCE, otro hombre de Goldman Sachs. ¿Quien manda en la UE además de Goldman Sachs?

La democracia internacional murió hace mucho tiempo y ahora se trata de terminar con los restos de democracia que quedan en algunos países. Es una guerra de ricos contra pobres y, por ahora, van ganando los primeros ¿por qué si nosotros somos más? Porque tienen la fuerza: es el nazismo financiero. Pero la Segunda Guerra Mundial la ganó la Resistencia.