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Vuelven las hordas franquistas

Así lo canta Luis Pastor:

Vox pópuli

A caballo y con Morante, comenzó la Reconquista,

de Andalucía a Levante de Aragón a Castilla.

Cabalgan con señorío, henchidos de su grandeza,

con Santiago y cierra España al uno de sus certezas.

Al loro los emigrantes, mujeres, gais, comunistas,

que vienen los salvapatrias, las nuevas hordas franquistas.

Ya vienen metiendo miedo, señalando al diferente,

fascistas del nuevo orden, comiendo el coco a la gente.

Ya están aquí los fantasmas, disfrazados de demócratas,

Destetados del PP, cansados de ser gaviotas.

Los herederos de España, de la Patria y la bandera,

de la muerte de la sangre y de la arena

Que viva el Cid Campeador, Covadonga y Roncesvalles,

El Valle de los Caídos y la concha de su madre.

Las guerras de aquí y de allá

Los medios no lo pueden contar todo, eso es evidente, por eso seleccionan lo que les interesa. Llamamos “Realidad mediática” a la parte de la realidad que seleccionan los medios y cuentan “a su manera”.

Hay muchas guerras en el mundo pero aquí, los medios, sólo nos imponen la de Ucrania porque dicen que es la “nuestra” y nos machacan a diario con ella.

Pero hay otra guerra en Francia, al menos así lo entiende el cuerpo policial y Macron no se atreve a contradecirlos. En los últimos días, ha habido en Francia 5.000 coches incendiados, 250 ataques a comisarías y cerca de 1000 edificios incendiados. Esto se cuenta en un artículo titulado: El abandono de las banlieues: la ‘bomba de relojería’ que le ha estallado a Macron en la cara en El Salto, un pequeño diario digital, no en los grandes medios.

Es lamentable que en una “democracia” haya que ir a los medios pequeños para encontrar noticias importantes, porque los grandes se afanan en ocultarlas.

El conflicto de Ucrania es un conflicto entre bloques: EEUU contra Rusia y China, y un gran negocio de la OTAN y el “complejo industrial-militar”, esas son las guerras que la “realidad mediática” quiere que hagamos nuestras. El conflicto de Francia es un conflicto de clases: la “gente de bien” contra todos los demás. La peor parte la llevan los barrios periféricos donde se ensaña la policía, pero hasta hace poco vimos a las masas obreras tratando de impedir una reforma de las pensiones injusta y poco antes a “los chalecos amarillos” con reclamaciones laborales.

Al capitalismo salvaje le sobran las periferias. En el conflicto francés, Sarkozy, Hollande y Macron (el bipartidismo francés) no hicieron nada para reequilibrar el enorme contraste entre ricos y pobres. Su única respuesta es la represión y ante esa respuesta se hace difícil el diálogo. “Los disturbios son el único medio para que nos escuchen” se oye en las periferias francesas.

Por aquí, el ministro Garzón reconoce: “El Gobierno ha gestionado bien una enormidad de dificultades [pandemia, volcán, guerra], pero esa gestión no ha sido capaz de compensar un daño muy grande que se ha producido a las capas populares, en las finanzas de las familias”.

Y las leyes mordaza siguen vigentes.

La selección de las noticias

Todos los días llegan miles de noticias a los medios. Por eso se ven obligados a elegir unas y descartar otras y a incidir más en unas que en otras. Veamos un ejemplo de actualidad.

Mueren varios cientos de emigrantes (no se sabe cuántos) en un naufragio cerca de Grecia

Mueren varios aventureros notables: el empresario, tres turistas muy ricos y el guía, cuando viajaban al fondo del mar para avistar el Titánic.

¿Qué noticia será más importante?

La muerte en el mar de cinco notables en una aventura elegida ha tapado la de varios cientos de personas pobres que trataban de llegar a Europa por desesperación.

Los turistas ricos tienen cara, los emigrantes no.

Esa es la función de propaganda de los medios al servicio del capital: ocultar lo que no les interesa y mostrar que los ricos y los empresarios sí que sufren.

A ningún naufragio en el Mediterráneo se le ha dedicado la flota de barcos y aviones que buscaban a los amantes del Titánic. Todavía hay clases.

Se hunde Nueva York. La venganza del planeta

A mediados del siglo pasado comenzó a plantearse en EEUU una nueva fase del capitalismo que, cuando a principio de los setenta, se experimentó en Chile y Argentina aprovechando los golpes militares, se llamó Neoliberalismo, por unos, o Capitalismo salvaje por otros.

En los setenta se expandió por Norteamérica, aunque muchos le atribuyan el impulso a Reagan, pero Marvin Harris detecta, ya en los setenta, sus consecuencias en su libro “La cultura norteamericana contemporánea. Una visión antropológica”, con capítulos como: ¿Por qué no funciona nada?, ¿Por qué hay pánico en las calles?, ¿Por qué nos invaden los cultos? (se refiere a los cultos religiosos, no a la gente culta), ¿Por qué ha cambiado Norteamérica? …

Es el momento del crecimiento desmesurado del consumismo, del “usar y tirar”, que pronto contaminó la Europa occidental , después la otra y, por fin, la globalización. Es la búsqueda del mayor beneficio para el empresario o el accionista, sin tener en cuenta las necesidades ni los derechos del consumidor, ni las posibilidades del planeta.

Hace un tiempo, está saliendo a la luz (no en los grandes medios) la crisis que esto está causando en su país de origen. Un informe reciente de Rand Corporation (el think tank más influyente de EEUU, financiado por la industria armamentística) dice que de los tres puntos fuertes de su país: la industria, el dólar y el aparato militar, la industria casi ha desaparecido (se “deslocalizó” a países con mano de obra barata, como China), el dólar peligra, porque China y Rusia tratan de utilizar sus propias monedas, y la industria militar es la que tira del país, en el nivel macroeconómico, porque la deuda de las familias alcanza cantidades astronómicas.

El Neoliberalismo está destrozando el planeta por el consumo ineficiente (estos días se habla de los vertederos de ropa poco usada en el desierto de Atacama), pero también la vida de los norteamericanos y ahora descubren que se está hundiendo Nueva York (la capital del mundo “civilizado”) por el peso de los rascacielos (siempre la desmesura) y que este proceso se acelerará por la subida del nivel de los océanos debido al cambio climático.

El planeta está tratando a sus agresores con la medicina que ellos mismos inventaron. ¿Aprenderemos algo de este mensaje de la Naturaleza?

San Isidro labrador

No me gusta este santo cuyo milagro más conocido es que los ángeles le hacían su trabajo agrícola mientras él rezaba. Seguro que Ayuso es devota de él, que se tomaba la libertad de no trabajar cuando quería, y esto creo que lo debe hacer con frecuencia la huéspeda de Sol, a juzgar por los resultados de su desgobierno. También lo han adoptado muchos curas y frailes, que viven de nuestro trabajo mientras rezan (en Cuelgamuros tenemos un ejemplo que clama a La Moncloa). Este tipo de cosas hace tiempo que tienen un nombre: explotación o esclavismo, según el grado.

No obstante, todos tenemos nuestras contradicciones. Soy ateo desde hace más de 50 años y en 1969 estaba de maestro en un pueblo un poco aislado de Cantabria (a 9 km de la carretera general). Compartía pensión con el cura, un simpatizante de ETA que su obispo había mandado allí a “refrescar”, y nos llevábamos bien. Él me enseñó unos versos que supongo que serán una oración: San Isidro labrador / pájaro que nunca anida / no pegues más al chiquillo / que ya apareció el peine. Me gusta, tiene la lógica propia de todas las oraciones pero es más divertida.

De vez en cuando la recuerdo y me acuerdo también de Josechu, que marchó a El Salvador, a una zona donde había varios curas vascos casados, que ejercían su labor y tenían a raya a los terratenientes. Josechu también se casó y no he vuelto a saber de él. Quizá el Papa polaco acabó con todos ellos, como intentó, y casi consiguió, con la teología de la Liberación.

La función de la ultraderecha

En una fase del capitalismo que unos llaman Neoliberalismo y otros Capitalismo salvaje, en la que el poder económico ha comprado el poder político (por corrupción) y el poder mediático (por sus deudas) como aparato de propaganda, parece lógico que algunos empresarios de segunda fila (las grandes fortunas gobiernan directamente desde la banca y los fondos de inversión) traten de sustituir a los políticos, caso de Berlusconi, Trump, Marcos de Quinto … y acaben siendo caricaturas de gobernantes.

Como esa estrategia no ha dado buen resultado, están utilizando otra: grandes sumas de dinero para fortalecer los grupos de ultraderecha e ir hacia el fascismo que es donde el gran capital tiene total libertad para crear sus propias reglas. Por eso VOX es aquí el único partido importante sin deudas ni problemas económicos y con libertad de movimiento para infiltrarse, y crear sindicatos, en los que llaman “Cuerpos de Seguridad”.

También tienen dinero para engrasar la armada mediática e imponer el discurso del terrorismo de ETA y de sus víctimas, cuando aún hay miles de asesinados en las cunetas y famosos torturadores han muerto impunes y cargados de medallas. Por no hablar del propio terrorismo de ultraderecha de la Transición que, protegido por algunos ministros, policías y gran parte de la judicatura, aún sigue impune.

El reciente giro ideológico (más a la derecha, aún) de Mediaset-Tele5, dirigido por Borja Prado (muy bien relacionado con la derecha político-económica: Aznar, Sarkozy …) parece que va en esta misma dirección.

La industria armamentística (accionista importante de la ultraderecha) está de enhorabuena.

En los últimos años, los ministros de Interior, Justicia y Defensa, han estado mirando para otro lado, en relación con la existencia de numerosos policías y militares de ultraderecha, y ahora, casualmente en periodo electoral, aparece la noticia del primer Guardia Civil expulsado del Cuerpo por propagar bulos xenófobos y lemas del Ku Klus Klan.

El voluntarioso Pedro Sánchez no se quiere quedar atrás y ha viajado a Washington para inaugurar este periodo electoral en el Despacho Oval (centro de planificación del conflicto de Ucrania para debilitar a Rusia y a la UE y mayor impulsor o protagonista de otras invasiones), quizá negocie que no sigan potenciando la ultraderecha porque él mismo (con la inestimable ayuda de Borrell) puede hacer ese papel, desde la próxima presidencia de la UE.

El Despacho Oval puede que no sea, en estos momentos, el principal lugar de EEUU en el que se toman las decisiones importantes, a juzgar por algunos de sus últimos ocupantes: Bush Jr., Trump, el anciano Biden … pero los despachos de los grandes banqueros tienen muy reservado el derecho de admisión.

Pero a Pedro Sánchez méritos no le faltan, podrá hacer valer que fue uno de los principales valedores de Juan Guaidó y que patrocinó la asamblea de la OTAN del verano pasado en Madrid, que resucitó esta guerrera organización que se daba por muerta.

Coronación

Gran Bretaña alardea hoy de su carácter teocrático, donde el Rey es el Jefe del Estado (hereditario) y Gobernador Supremo de la Iglesia de Inglaterra. En tiempos de Franco a esto le decíamos nacional-catolicismo, allí se podría decir nacional-protestantismo, en cualquier caso una monarquía del tiempo de los absolutismos apoyada por la Iglesia y el Ejército, es decir por Dios y las armas.

Por eso, la coronación ha consistido en una ceremonia religiosa con el rey rodeado de obispos con casullas doradas y una manifestación popular con los reyes en carroza de oro, desfile militar de 4.000 soldados, aviación incluida, y muchos miles de policías, para que el pueblo vea y sienta el poder del monarca.

Ceremonias así, se celebraban en la Edad Moderna, en la coronación de los reyes absolutistas, que a veces hacía el Papa y donde nunca faltaba el ejército, porque la legitimidad real siempre se basó en Dios y en las armas.

En las colonias, esto también se hacía con la llegada de nuevos virreyes o gobernadores. En el siglo XVIII, la entrada del nuevo gobernador en Manila estaba regida por un protocolo similar, aunque más sencillo que el de los virreyes de Nueva España (hoy México), por ejemplo, pero la función era la misma: demostrar a la población indígena que ese gobernante representaba al Rey de las Españas y el Poder Divino, porque nunca faltaba la ceremonia religiosa. El mensaje era el mismo que el de las monedas de la dictadura: “Francisco Franco, Caudillo de España por la Gracia de Dios”, así de claro llegó hasta nosotros.

En Manila, en el siglo XVIII, se cuestionaba el coste de la ceremonia y en Gran Bretaña también se ha cuestionado el millón de libras que se estima costará la coronación de una de las personas más ricas del país. Por cierto, en Diario.es, una historiadora estadounidense alude hoy a la contribución del negocio esclavista en la enorme fortuna de la familia real británica.

La pregunta que podemos hacernos es: ¿Qué tiene que ver todo esto con la democracia? ¿Seguimos como en el siglo XVIII?. El Cabrero cantaba una copla con la claridad que acostumbraba y que le costó algún disgusto: “Se murió Miguel Hernández / también mataron a Lorca/ el que manda es el que manda/ lo mismo entonces que ahora”.

Sánchez busca apoyo en la religión

El alma del PSOE es de centro derecha (socio-liberal) y aunque algunas veces, sobre todo en periodo electoral, finge que es de izquierdas (socialdemócrata), no consigue mantener por mucho tiempo esa careta.

En EEUU los dos partidos de derecha gobernantes miman a los grupos religiosos porque tienen gran influencia electoral. Por eso, ahora está en peligro allí (el paraíso de las libertades) el derecho al aborto. Rechazado por las principales religiones, cuando pensábamos que en siglo XXI era ya un derecho humano consolidado en el mundo civilizado, comprobamos una vez más, que con los gobiernos de derechas no hay derecho humano que no esté en peligro.

Como colonia norteamericana que somos, en los últimos tiempos, líderes del PP han participado en actos de culto (y/o viceversa) de estos grupos religiosos de tradición norteamericana, con curaciones milagrosas incluidas. Sánchez ha sido más práctico, ha ido directo al corazón de esas organizaciones: librarlas de impuestos. Este Presidente domina las estrategias de la derecha.

Pronto PP y VOX dirán que ellos también lo harán si llegan al gobierno y quizá tardemos en volver a oír hablar de las inmatriculaciones (los miles de edificios, plazas, fincas, etc. que se ha apropiado la Iglesia Católica gracias a legislaciones franquistas mejoradas por el gobierno de Aznar).

La Justicia Fiscal es otra víctima más de los poderes religiosos y políticos. Imagino que, esta vez, a algunos sectores de izquierda les va a resultar doloroso volver a votar al PSOE.

Y a esto lo llaman democracia. Nos mean y dicen que llueve.

No es información, es propaganda

Los discursos dominantes en los medios se generan en los grandes centros de poder económico y las grandes empresas mediáticas, más dependientes de sus accionistas que de sus audiencias, lo siguen como las ovejas al rebaño porque la precariedad de sus trabajadores-informadores favorece el rendimiento económico de la empresa. Aun así, la mayoría están en deudas y los bancos, fondos y grandes empresas aceptan esas pérdidas económicas como el precio de la propaganda.

Estos días una de las tramas informativas es que la Corte Penal Internacional pide la prisión de Putin por crímenes de guerra. Esto, tal como lo cuentan, no tiene sentido. Se puede catalogar como una decisión bien o mal intencionada, pero sin posibilidades reales. Porque este tribunal no dispone de medios para realizar la captura, necesita algún país que se lo facilite.

La Corte Penal Internacional es la consecuencia de un tratado negociado en Roma en 1998, que EEUU, Rusia, China, India, Israel y otros países no llegaron a firmar o retiraron después su firma. Esto hizo EEUU cuando fue acusado de crímenes de guerra en Afganistán.

Entonces ¿Qué sentido tiene esta “noticia”?. Los periodistas que la publican ¿no se han molestado en leer la información sobre este tema en la Wikipedia?. Tendrán al menos internet.

Es fácil pensar que los medios que publican la noticia de Putin y no dicen que EEUU tampoco acepta este tribunal están aprovechándose de la ignorancia de la audiencia para engañarla, porque el interés de EEUU en el relato del conflicto de Ucrania es ocultar su fundamental participación y catalogarlo como un conflicto europeo. La desinformación es un arma fundamental en las guerras y son los medios los encargados de elaborar la munición y disparar o volver disparar la que ya esté utilizada. Se puede reutilizar sin límites.