Ha comenzado la gran superproducción teatral mundial patrocinada por la ONU y otras entidades internacionales, que financiaremos nosotros, como buenos anfitriones, con 72 millones de euros y algunos recortes que vendrán después.
El senado virtual neoliberal lo había
programado en Chile, ya que el régimen pospinochetista es el
producto más importante del éxito del experimento del tratamiento
de shock que aplicó la Junta Militar y la consiguiente privatización
de bienes y servicios del país que apadrinaron los Chicago Boys.
Lamentablemente, la población chilena está ya empachada con tanto
neoliberalismo, lleva varias semanas rebelándose contra la infamia,
y las hogueras hubiesen deslucido este espectáculo mundial.
El presidente Sánchez, que vino del
festival de Davos dispuesto a encabezar el apoyo europeo al golpe de
estado que pretendía EEUU en Venezuela, ahora pretende encabezar una
operación mundial contra el cambio climático que tiene visos de no
servir para nada porque los países más contaminantes: EEUU, China,
India y Rusia no participan.
De los cinco países permanentes y con
derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU (China, Francia,
Rusia, Reino Unido y Estados Unidos), tres, que forman parte del club
de los más contaminantes, no participan y Reino Unido tiene un Boris
Johnson, pero el muñeco Guterres, tratará de representar su papel
de la mejor manera posible y mañana llega la mascota (por primera
vez en un gran festival una mascota de carne y hueso) y también hará
lo posible por animar el cotarro.
En vista de que los países más
contaminantes prefieren seguir protegiendo a las grandes
corporaciones que envenenan el planeta, el senado virtual neoliberal
ha decidido que lo mejor será echarnos la culpa a todos y ha puesto
a los medios de comunicación a soltar propaganda a destajo y no lo
están haciendo bien -hoy una tv decía en el informativo que las
culpables son las vacas-, porque además del empleo precario con que
se sustentan, los informativos cada vez tienen menos credibilidad,
claro que ahí están los votantes de VOX para creerse lo que les
echen.
España no es un país muy adecuado
para defender la lucha contra el cambio climático, porque Zapatero
favoreció el carbón y Rajoy legisló a favor de las energías
fósiles y contra las renovables, pero, al fin, todo esto es puro
esperpento.
Lo peor es que es muy aburrido y nos
sale carísimo.