Me asombra que en pleno siglo XXI se siga defendiendo la “democracia liberal” que, en el siglo XIX, empezó dando el derecho a voto sólo a los propietarios y más tarde fue entregándolo a otros grupos, las mujeres las últimas, pero vaciando la democracia para que la toma de decisiones la siguieran teniendo los propietarios. Ahora sólo los Grandes Propietarios.
Los Grandes Propietarios siempre han preferido el fascismo, es decir, su derecho exclusivo a la toma de decisiones y la democracia liberal es el antifaz con que ocultan sus robos.
Las máscaras van cayendo, ya no las necesitan, prefieren que gobierne un delincuente para que acabe de destruir las escasas instituciones que garantizan derechos ciudadanos.
A finales del s XVIII se pedía “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, ya sólo se defiende “la libertad de tomar cañas”. La Democracia murió hace mucho tiempo, la sucedió la Partitocracia y ahora reina la Plutocracia que está financiando el Fascismo.
Hasta el siglo XIX, la Iglesia dominaba las mentes dictando como había que comportarse respetando a los seres superiores; ahora mandan los medios pagados directamente por los que se creen “seres superiores” y los “seres superiores de segunda fila” están ya ocupando los gobiernos. Comenzó Berlusconi y ahora empieza Musk. Como la Iglesia hablaba de los “demonios” para atemorizar y dominar a las masas, los medios lo hacen fomentando la polarización y “la Tercera Guerra Mundial”. Mismos perros con distintos collares.
La Unión Europea es el instrumento de la plutocracia para esquilmar Europa, como esta hizo antes con Asia, África y América.
Como hace unos años las grandes industrias se trasladaron a países con mano de obra barata, en la imperial USA sólo queda la armamentística y necesita guerras, es la nueva fase del capitalismo: el militarismo, que el gobierno de la UE ya ha adoptado y está imponiéndolo a los gobiernos de sus países asociados.
Hace muchos años que la plutocracia impuso el bipartidismo (dos partidos casi iguales) como herramienta para ejercer sus “políticas” de robar (legalmente) a los menos ricos para enriquecerse ellos. Esa es la “política europea” y como consecuencia la española.
¿Para qué sirve un estado que no garantiza derechos humanos tan básicos como TECHO y COMIDA?
No basta con Sumar. La izquierda “transformadora” tiene la palabra: movilizar a las masas o seguir en el letargo invernal.
¿Feliz año?
¿El fascismo sin tapujos de nuevo en el poder? Ya veremos; depende de nosotros.
Se ha conseguido que la lucha de clases suene a frase de película antigua que ni siquiera fue superproducción, y con ello que las masas (otra palabra que ahora se considera anticuada y hasta insultante, ¿no?) no vean de dónde vienen los palos que reciben: si no puedes vivir decentemente, la culpa es tuya (¡perdedor!); o si no de las circunstancias económicas o del partido en el gobierno, parido y amamantado por la misma matriz meretriz que el partido que lo quiere echar del “poder” ―porque que los perros tengan el mismo amo no les impide luchar o amagar que luchan entre ellos. También algún enemigo inalcanzablemente lejano, como Putin y los chinos pueden ser los culpables de que tengamos que “apretarnos el cinturón”, vivir con miedo, suframos inseguridad económica, laboral, sanitaria, crisis tras crisis, y que tengamos que aceptar precios en imparable ascenso de la comida, la casa, la luz, los servicios de todo tipo. Si no te arreglas para vivir como Dios manda es culpa tuya. Ya casi nadie se pregunta sobre cómo se distribuye la riqueza del país. Y si te lo preguntas, tendrás que cavar y cavar hondo antes de poder desenterrar algún que otro pedazo de verdad socioeconómica, porque no pretenderás que los medios te lo comuniquen, ¿verdad?, medios que si no soy tuyos, adivina de quién son. Sé que hay gente que trabaja para el bien de la comunidad y no para el gran dinero, fuera y dentro de partidos políticos, pero las masas amodorradas no dejamos de devorar soporíferos. El futuro no tiene buena pinta.
Pero voy a terminar con una nota más ligera: The Economist, la revista capitalista por excelencia, alaba el progreso económico que últimamente está mostrando España, más veloz que el de la UE y hasta que el de EE.UU. ¡Chupaos esa, partidos opositores de mierda!
cuántas verdades en este escrito.
y pregunto la gente trabajadora y honesta. qué podemos hacer aparté de no votarles nunca.
«Agrupémonos todos …»