Para comenzar el periodo electoral hubo que nombrar dos candidatos principales (para que los demás no cuenten). Esto consiste en que los más ricos prometen millones de dólares a sus candidatos y los dos que más donaciones consigan serán los que puedan realmente competir. Del primer concurso salieron un delincuente y un viejo un poco deteriorado. El delincuente vale, pero al otro hubo que cambiarlo. Nuevas donaciones y ya está la sustituta. Ya puede votar la masa, a los muy ricos les da igual uno que otra, saben que defienden lo mismo (lo estamos viendo con el genocidio de Palestina). En lenguaje “democrático” esto se llama bipartidismo. Los candidatos mandan muy poco, porque llevamos ya muchos años de poda salvaje de derechos democráticos.
Desde otro punto de vista, podríamos decir que se trata de un país pseudo gobernado por muñecos de guiñol de los que no sabemos quién maneja los hilos, pero tenemos algunas pistas: los dos candidatos principales han sido impuestos por los “donantes”. Si este sistema fuera un poco transparente diputados y senadores deberían llevar en sus trajes, como los pilotos de F1, las pegatinas de sus promotores.
Es patético que un gran país, que se dice democrático, elija así a su presidente, pero desgraciadamente, eso pasa en todo el mundo “Occidental” porque USA ha impuesto su sistema a sus “países amigos”. Aquí pasa lo mismo, aunque no tan claramente, pero el resultado es idéntico. Ya vemos las canciones del duo Aznarín y Felipón y como, en los cambios de gobierno, el nuevo no corrige los “excesos del anterior”. Rajoy impuso el co-pago de las medicinas, las leyes mordaza, el deterioro de la Sanidad y Educación públicas, las rebajas de impuestos a los más ricos, …. Y ahí siguen.
Esta Democracia es un teatrillo de humor negro, que tiene poca gracia y causa muchas muertes.