Llegan en bandadas, como las aves, a nuestro país y la armada mediática y la ultraderecha nos dicen que vienen a comernos el pan.
Lo que no dicen es que grandes corporaciones han asaltado sus países y han cambiado sus gobiernos, por corrupción o por guerras, para robarles sus recursos minerales o vegetales, transformando sus economías de subsistencia en economías industriales cuyos beneficios huyen al extranjero. Privados de sus medios de vida tienen que emigrar.
Un reciente informe de Ecologistas en Acción y otras dos organizaciones internacionales, explica las líneas prioritarias de actuación de la Unión Europea, cuyos dirigentes “acordaron”, por “indicaciones” de “los que mandan”, tras la última asamblea de la OTAN: Militarización, Control de Fronteras y Extractivismo. De ahí podemos concluir cómo las grandes corporaciones esquilman los recursos del tercer mundo y, entre todos, pagamos las consecuencias ayudando a sobrevivir a las víctimas.
Europa necesita inmigrantes porque nuestro índice de envejecimiento es muy alto y necesitamos cuidados, pero muchos empresarios de ultraderecha (agrícolas sobre todo) prefieren gente “sin papeles” porque eso significa “sin derechos laborales” y más explotables.
Lo correcto sería impedir la extractividad criminal de las corporaciones, pero los gobiernos occidentales, la ultraderecha y su armada mediática, coordinados por la OTAN, prefieren poner el foco sobre los emigrantes.
Obedeciendo el mandato de la OTAN y las nuevas políticas de la UE, nuestro Jefe de Gobierno, visita varios países africanos para untar, con nuestro dinero, a sus gobiernos títeres para que impidan la huida de la miseria de sus habitantes.
Las grandes corporaciones hacen negocios y nosotros pagamos sus destrozos.