El poder judicial

Al Sistema Económico Neoliberal no le viene bien la Justicia, en todos los tratados internacionales de “libre comercio” se ha tratado de sustituir la Justicia de los estados por “sistemas de conciliación” privados. La Justicia es, como en el siglo XIX, para los que roban gallinas, no para la banca y las corporaciones que se apoderan de los bienes públicos, imponen los precios que les vienen en gana y montan las guerras que les convienen.

La banca y las corporaciones prefieren la desregulación o, como dicen ellos, la autorregulación. Para defender ese sistema tan injusto necesitan la corrupción y un buen sistema de propaganda o, dicho de otra manera, modelar la opinión pública. Por eso compraron los grandes medios endeudados.

El PP, uno de los partidos europeos más corruptos, no puede sobrevivir si la Justicia funciona, por eso necesita dominar el Poder Judicial, para colocar en los tribunales a los jueces que les libren de la cárcel y la desaparición del partido. Ahí tenemos a la Reina de las Ranas, con las ranas presas o encausadas y la Reina intocable. Y su digna sucesora maniobrando para que su partido no pierda el control del Poder Judicial

Feijoo acertó con la novela aunque falló con la fecha. Orwell decía “La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”. La armada mediática se ocupa de esto, de cambiar el significado de las palabras. Como dice Gerardo Tecé: “Unos y otros no se ponen de acuerdo”, siguen rezando sin sonrojarse ante cada nueva excusa del PP esos titulares que hablarían de golpismo si los protagonistas tuvieran las sillas cambiadas.”

Todos sabemos que la supervivencia del PP necesita tener la Justicia en su mano y también sabemos que el que es engañado dos veces, a la tercera ya no es engañado, se convierte en cómplice.

La UE sigue en su papel de debilitar la democracia y el BCE favoreciendo a los bancos. No son instituciones democráticas y su función es, siguiendo la doctrina neoliberal, fortalecer a la banca y las corporaciones y debilitar a los estados; por eso pregona que los jueces deben elegir a los jueces, aunque la Constitución Española en su artículo 1.2 diga que “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”.

Pero, a estas alturas, hablar de soberanía, cuando nuestros presupuestos los aprueba Bruselas o de democracia, cuando mandan las instituciones no democráticas y pueden gobernar partidos con este nivel de corrupción, es participar de este teatrillo que han montado los poderosos para mantenernos entretenidos.

Rosa Mª Artal habla de “un holding de poder en la sombra” y se pregunta: “¿Nos están dando un golpe de mano?”.

Como dijo Brecht: “No digamos que es una pena, digamos que es una vergüenza”. Y hagamos algo.