La farsa Constitucional

Hace casi cincuenta años, se implantó en España el sistema político-económico Neoliberal. Con reformas laborales y de pensiones, privatizaciones, reconversiones industriales, entrada en la OTAN y en la Unión Europea, que a Felipe González le causaron cuatro huelgas generales que no fueron suficientes para impedirlo, porque su equipo económico Solchaga-Boyer, sabían lo que se esperaba de ellos. Las consecuencias fueron que el poder económico compró el poder político, como imponía la Unión Europea, y más lentamente el Judicial y el Mediático como aparato de propaganda.

La Constitución nace en ese contexto y aunque dice implantar un Estado de Derecho, social y democrático y “La soberanía nacional residente en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”, la Unión Europea se encargó de limitar la soberanía nacional para controlar los poderes del Estado y ponerlos en manos de las grandes corporaciones.

Recién salidos de una dictadura de casi cuarenta años, nos dijeron que eso era la Democracia y no nos quedó más remedio que creernoslo porque el terror de la dictadura -que seguía vigente-, el terrorismo de ETA y la ultradrecha y varios intentos de golpe militar, así lo aconsejaba.

A estas alturas, ya todo esto nos parece increible, pero los dos partidos dominantes, que impuso el nuevo sistema y sus leyes electorales, hacen lo imposible para convencernos de que es así, mientras comprobamos que no se lo creen ni ellos y que está muy claro que hemos pasado de una dictadura militar a otra de “los mercados”; pero el tinglado mediático monta esta farsa para fingir que, a pesar de la corrupción generalizada, hay democracia y justicia y hoy celebramos esta fiesta como dentro de dos días celebraremos otro dogma del siglo XIX, el de la Inmaculada Concepción, y poco después el nacimiento del hijo de la paloma y los Reyes Magos.

Así vamos, de fiesta en fiesta, celebrando bulos -como manda el Mercado-, y con la iluminación a todo gas, que pagamos entre todos, para favorecer el consumo y ocultar la pobreza (que está en la zona de sombra).

¡Felices Fiestas!