Ayuso trata de engañar a los madrileños

La Revolución Francesa (1789) proclamó la República con tres lemas: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Esto lo consiguieron la burguesía y el pueblo luchando contra la aristocracia y la iglesia.

En el siglo XIX, la burguesía asume el poder con el lema de Libertad, los otros dos los asumen lo trabajadores, a los que la burguesía explota, como antes hacía la aristocracia, y trata de implantar la democracia de los ricos -como en la antigua Grecia se implantó la de los ciudadanos, ya que los esclavos, que eran mayoría, no contaban-. En la democracia liberal burguesa, votan los propietarios. En la España del XIX, la Iglesia se resiste porque no quiere ni esa.

Ahí quiere volver Ayuso cuando reclama la libertad, no de disfrutar de los derechos básicos, sino de comprarlos. Las necesidades básicas como negocio. Sus tonterías de tomar cañas no las tendremos en cuenta porque lo hace para distraer.

Por eso, Madrid, que es la comunidad española más rica, es la que menos (% del PIB) invierte en Sanidad y Educación públicas. Porque los ricos se la pueden pagar y los demás que no aprendan mucho y que mueran cuanto antes para poder mantener el privilegio de las élites.

El hospital Zendal vuelve al modelo hospitalario del XIX, con grandes salas y camas a los dos lados. Hacía muchos años que no veíamos este modelo. El Sistema Sanitario público de la democracia construyó hospitales con habitaciones que primero eran para tres pacientes, luego fue para dos y cuando el sistema privado implantó la habitación individual, mejorando la habitabilidad, aunque no el sistema sanitario, la pública llegó a hacer lo mismo.

Ayuso, con el Zendal, vuelve al sistema antiguo, ya no hay habitaciones. Claro que esto es para pobres (los hospitales de la Caridad), porque los ricos irán a la privada. La única ventaja es que este tipo de construcción es mucho más barato y a los recursos humanos si se averían les colocarán allí, en el almacén. Las herramientas que se almacenan no tienen derechos, son recursos aunque sean humanos, no son ciudadanos ni tienen libertad. Almacenados en el Zendal, que queda lejos, por lo menos darán poca guerra.

Mientras tanto, en plena campaña electoral sólo habla, cuando no le pueden hacer preguntas, de la libertad de tomar cañas y otras tonterías, porque de políticas que beneficien a la mayoría no sabe nada.

Por fin, ya ha dicho que para ella la Libertad es hacer lo que le dé la gana, pero con la libertad de ella, nosotros vamos jodidos.