Rodríguez Zapatero, en un acto parlamentario de control sobre su gobierno, anunció la aparición de la Escuela 2.0 y en el Mº de Educación se sorprendieron porque desconocían la iniciativa. Se darían miles de ordenadores para las escuelas públicas.
En 1987, el gobierno de Felipe González creó, en el Mº de Educación, el Programa de Nuevas Tecnologías para la Información y la Comunicación, con la finalidad de integrar el vídeo y el ordenador en la Educación. La iniciativa había partido del Mº de Industria porque algunas industrias españolas estaban interesadas en producir estas tecnologías y necesitaban mercado.
Durante cinco años trabajamos desde el ministerio, en colaboración con los asesores de la especialidad que se crearon en las provincias para realizar esa labor. Se elaboraron orientaciones, materiales, programas para la formación del profesorado … porque se sabía que un tiempo antes esto se había hecho en Bélgica con planteamientos estrictamente tecnológicos y no dió resultado.
Nada de esto se tuvo en cuenta en el plan de urgencia Rodríguez Zapatero. El Mº encargó un informe, que elaboramos un grupo de profesores, con el nombre de “La Educación Mediática en la Escuela 2.0” (julio, 2010) pero no se tuvo en cuenta.
La ministra Celáa ha anunciado que dará a las escuelas públicas medio millón de ordenadores, cuando lo que se necesita es más profesorado para hacer desdobles. La banca gana.
Es cierto que el empresariado está levantisco porque no quiere que le suban los impuestos, lo que sería de justicia, ni que se modifique la Reforma Laboral. Con este gasto en tecnología quizá se quiera amansar a las fieras, pero la enseñanza on-line en Primaria y Secundaria, como se ha visto, sólo beneficia a los alumnos de buena familia, así que se rompió “la Escuela integradora” que anunció F. González.
Este es un gasto inútil educativamente porque los nuevos métodos de aprendizaje exigen profesores que incentiven y garanticen la calidad de los aprendizajes. Estos ordenadores, sin profesores que orienten su uso, fomentarán los aprendizajes sin supervisión que favorecen los errores conceptuales y la circulación de los bulos, que es lo que necesita el mercado.
Nos mean y dicen que llueve.