La Guardia Civil, la Policía Nacional, el Ejército … en un Estado Constitucional dependen del Poder Ejecutivo que ejerce el gobierno. Es lamentable y alarmante que, a estas alturas, se tenga que recordar esto.
La Guardia Civil, como los militares de carrera, son cuerpos muy endogámicos, gran parte de sus miembros son “hijos del Cuerpo” y la Guardia Civil, durante el franquismo y bastantes años después, vivía en las Casas Cuartel, al margen de la población, porque eran cuerpos represivos y no debían “mezclarse” con ella.
La Guardia Civil, por su demarcación rural, fue el soporte y la defensa del caciquismo del s XIX y gran parte del XX, como refleja la película de Pilar Miró “El crimen de Cuenca”, estrenada en 1981 -en plena “democracia” y precisamente el año del Golpe de Tejero- que conllevó un proceso militar para la directora.
En los últimos años del franquismo, teníamos muy claro cuales eran los “cuerpos represivos” y lo siguieron siendo en la transición y años posteriores en la zona vasconavarra luchando contra ETA, como no lo hicieron contra el terrorismo de ultraderecha.
La jueza Rodríguez-Medel, también es “hija del Cuerpo”. Hija y hermana de coroneles de la Guardia Civil. Fue asesora del gobierno de Rajoy y aspiraba a la dirección del Cuerpo. Que al final no consiguió.
El informe de la Guardia Civil, por el que se investigaba al Delegado del Gobierno, en eldiario.es se valora con “Errores de bulto, noticias tergiversadas y saltos al vacío: el informe de la Guardia Civil que imputó al delegado del Gobierno en Madrid por el 8M”.
Otro dato, en el informe se habla de la prohibición de un congreso evangélico, pero no se cita la concentración de VOX en Vistalegre.
La ultraderecha resurge con fuerza, apoyada por poderes económicos -ya vimos la pancarta de Huarte- y sabe que tiene apoyos en la judicatura y en las fuerzas armadas y de “seguridad”.
Volvemos a la Transición. Fueron tiempos duros y hubo muchos muertos de bala, no de virus.