Pedro Sánchez sabe que los dinosaurios de su partido no aprueban la coalición con Unidas Podemos y que algunos poderes fácticos tampoco: PRISA (ya se lo advirtió) y empresas del IBEX y similar que temen perder sus privilegios. Pero también sabe que sin esta alianza no puede alcanzar el gobierno.
Gran parte de la militancia del PSOE puede apoyarle, pero eso, para su carrera política y profesional cuenta poco. Esta alianza puede dificultar su paso por las puertas giratorias en el futuro.
Pablo Iglesias necesita tocar poder porque lo que queda de su partido va en caída libre, pero Sánchez no le quiere en el gobierno porque su ambición y su ego desmesurado es peligroso. Lo está siendo para su propio partido y para la izquierda y lo sería más en el gobierno. Seguirá cayendo.
Hace mese pronostiqué que Sánchez gobernaría con Ciudadanos al abrigo de las fuerzas económicas y, en ese caso, la investidura hubiese sido más fácil y a la medida del PSOE, pero el inesperado giro a la derecha de Rivera, que ha puesto en zozobra a su grupo, lo ha hecho imposible, por ahora.
Las consecuencias de la coalición PSOE-UNIDAS PODEMOS será la continuación del sistema bipartidista que ahora es bi-bloques. Sánchez ya sabemos que no derogará la reforma laboral, veremos que hace con las leyes mordaza … porque su futuro depende de que cambie lo menos posible y quizá logre trasladar la momia de sitio.
Unidos Podemos seguirá en caída libre porque, estando en minoría en el gobierno, pocos cambios le dejarán hacer y decepcionará a su militancia. Ya vimos el fiasco de la coalición de Izquierda Unida con Susana Díaz y puede repetirse, porque el PSOE no puede salir del centro derecha.
Lo que no entiendo es qué pinta Izquierda Unida en este aquelarre. Si sigue con Podemos, se puede ir con ellos por el sumidero.