Sánchez, desde que vino de Davos, está evidenciando su servilismo hacia Trump y las grandes empresas españolas que tienen intereses en Venezuela.
Cobijar en el domicilio del embajador a un delincuente que ha roto su prisión domiciliaria con la ayuda de un grupo de militares y permitir que, amparándose en la bandera española, siga lanzando soflamas golpistas, no es admisible en términos democráticos.
Que los medios públicos, abran sus informativos dándole voz al delincuente, sin ninguna opción para el gobierno legítimo, dejan muy claro que siguen dependiendo del poder o, al menos, lo intentan. Es posible que los directores y directoras de informativos estén acostumbrados al servilismo de complacer al gobierno, pero abrir los informativos de radio y televisión españoles con declaraciones del golpista no favorecen que los que no hemos votado al Presidente del Gobierno (en funciones) confiemos en su respeto a los valores democráticos constitucionales.
Borrell ha manifestado su propósito de restringir la acción política del refugiado golpista, veremos si lo consigue.
El PP ha nombrado candidato a las europeas al padre del golpista, lo que es comprensible porque esta derecha tiene el golpismo en su ADN, por eso defiende a Franco. Pero ¿nadie del gobierno se va a ocupar de exigir el pluralismo informativo que demanda la Constitución a los medios públicos?¿Nadie va a defender la calidad de la información a la que tenemos derecho los españoles?.
La credibilidad democrática de Pedro Sánchez y del PSOE está en entredicho. Están poniendo a nuestro país al nivel de las repúblicas bananeras y tratando de demostrar que la soberanía del pueblo español (Art. 1.2 Cosnt. Esp.) y la defensa de la democracia son imposibles.
Que en el día de la Libertad de Prensa, los informativos se abran apoyando a los golpistas ¿puede interpretarse como una celebración?