Estamos viendo en Venezuela como los norteamericanos tratan de apoderarse de sus riquezas energéticas y minerales mediante un golpe de estado basado en el ilegal estrangulamiento económico del país.
También estamos viendo la complicidad de la Unión Europea (el presidente del Parlamento Europeo) con el golpe de Estado norteamericano y del gobierno de Sánchez que protege a los golpistas. Uno de ellos está refugiado con su familia, no en la embajada, sino en la residencia del embajador, mientras que en España ya se está hablando del error de Sánchez al apoyar a los golpistas. En el golpe anterior, a Chávez, apoyaba el presidente del gobierno Aznar, ahora lo hace un presidente “socialista”.
Todo esto, es relatado por la prensa mayoritaria con total naturalidad -lo de El País es increible-. Como si fuera una operación política más cuando es una intentona militar. Los periodistas tienen que saber -lo sabemos todos- que el Pompeo que coordina el golpe es el mismo que dirigió la campaña de desinformación de las armas de destrucción masiva que “justificaron” la invasión de Iraq y su transformación en un estado fallido -lo sabemos todos sin ser periodistas-.
Parece que la Constitución española no apoya los golpes de Estado, por tanto, el apoyo del gobierno podría estar actuando contra la Constitución, pero el Tribunal Constitucional está entretenido con la falsa “rebelión”, golpe de estado para la ultraderecha, catalana.
El golpe de estado económico-militar que se está ejecutando en Venezuela, pone en evidencia que ni hay una prensa libre, que facilite la información de calidad que requiere la democracia, ni hay un periodismo independiente del poder económico que garantice la calidad de información que requiere la Democracia.
Es cierto que hay medios minoritarios (digitales) que están informando con honestidad. Gracias a ellos sabemos lo que está pasando.
«Cuando las barbas de tu vecino veas cortar …»