Son comprensibles, aunque no aceptables, los niveles de manipulación a los que están llegando muchos medios privados, como El País, en relación con el intento de golpe de estado en Venezuela, porque o tienen intereses en EEUU, que es quien dirige el golpe para hacerse con enormes recursos petroleros de ese país, o los tienen con la oligarquía venezolana que lo apoya porque algo sacarán en su provecho. Así es el Capitalismo Salvaje que tratan de disfrazar con algunos toques de democracia.
Ni es comprensible, ni aceptable, que los medios públicos hagan lo mismo apoyando los intereses de las oligarquías y en contra de la Constitución y el respeto a la mayoría de los españoles que, al menos teóricamente, somos sus propietarios. Pero la propiedad privada es sagrada, no así la pública.
RNE 5 nos despierta hoy preguntándose donde está Guaidó, el golpista. La mayor parte de su información en todos estos días procede del ámbito golpista y muy rara vez le dan la voz al gobierno de Venezuela. ¿Cómo podemos tolerar unos medios públicos favorables al golpismo en un régimen constitucional? ¿Dónde está la Justicia y el Tribunal Constitucional?
La derechización de los medios de comunicación se debe a dos causas muy comunes en el mercado: la compra de los medios por parte de las grandes corporaciones, debido a sus deudas, y su conversión en medio de propaganda y la precarización del sector laboral, que ahorra gastos aunque deteriora la “mercancía”. Faltas de ortografía y errores conceptuales proliferan en todos los medios escritos. El rigor informativo desapareció hace tiempo.
Otro programa llamativo de RNE5 es el segmento de 8:50-9 de los fines de semana en el magazine de Pepa Fernández. Un colaborador, con acento italiano, lee y comenta, desde hace años, los titulares de la prensa española diaria (toda privada y, por tanto, de derechas) haciendo valoraciones de signo conservador. Este finde recomendaba leer La Razón porque en portada y en páginas centrales aparecía el “hombre del mono” exponiendo las enormes dificultades técnicas para abrir la tumba de Franco, lo que el comentarista calificaba de información curiosa.
Las elecciones próximas no mejorarán la situación porque seguirán rigiéndose por el sistema electoral trucado que estableció UCD hace más de 40 años. El Régimen del 78 agoniza, pero se resiste a cambiar porque las oligarquías económicas lo tienen “atado y bien atado”. Por desgracia, sólo los jubilados y las mujeres protestan y tampoco demasiado. Representantes y representados sestean unos en el Congreso y otros en su viaje a la creciente pobreza.
Como diría Forges: ¡País!