El PP de Aznar

Quieren volver los viejos tiempos. El PP perdió las elecciones y el gobierno en 2004 porque el Presidente Aznar, con el apoyo de gran parte de la armada mediática, trató de convencer a los españoles, contra toda evidencia, de la intervención de ETA en el atentado islamista de Madrid del 11M del mismo año.

La peña ya estaba harta porque a mediados del año anterior, este presidente, con el 91% de la población española en contra, nos metió en la invasión de Iraq con el falso pretexto de la posesión de armas de destrucción masiva por parte del gobierno de tal país. Iraq fue destruido y la guerra aún no sabemos si ha terminado, pero esa invasión, no autorizada por la ONU, supuso el fortalecimiento del terrorismo islámico.

Contra la participación de tropas españolas en esa guerra, que él ahora niega, se produjo en Madrid la mayor manifestación de la democracia después de la del entierro de los abogados de Atocha asesinados en 1977. Unos días después, el PP perdió las elecciones y Aznar, mientras aprendía inglés de urgencia, fue contratado por una universidad norteamericana.

Además de su contribución a la invasión norteamericana,  comprometió una compra desorbitada de material de guerra (30.000 millones) a la industria USA que, aunque no nos es útil, aún estamos pagando. Dentro de casa había hecho una reforma de la Ley del suelo por la que se podía construir en cualquier lugar en el que no estuviese explícitamente prohibido, lo que causó la burbuja de la construcción que produjo la crisis de 2007 de la que aún no nos hemos recuperado.

Como consecuencia de su reinado, el 80% de su gobierno tiene problemas con la justicia y curiosamente él no, a pesar de que la boda de su hija en El Escorial parece que fue pagada por la Gürtel como demuestran las fotos de los asistentes actualmente procesados.

Su esposa, no parece tener la misma suerte con la venta, durante su alcaldía de Madrid, de viviendas sociales a fondos buitre, en los que parece que también trabaja su hijo mayor.

Este es el líder, que al final de su mandato fue recompensado con un sillón en el Consejo de una energética del IBEX (como su antecesor F. González) y que luego ha cambiado, para mejorar, por el “asesoramiento” a grupos financieros y otros “negocios”, es quien hoy defiende la unidad de España (es posible que quiera venderla entera) y los valores de la “Reconquista” (?), manejando los hilos del muñeco Casado.

Algo no hemos hecho para evitar que esto siga así.