Ya iba siendo hora de que en Cataluña sólo se hablara del independentismo y se ocultara con ello la agenda social.
Al fin, profesionales sanitarios, bomberos, estudiantes … han salido a la calle para denunciar los ataques al Estado del Bienestar y la agonía de los servicios públicos básicos. Lástima que todavía haya mucha gente que no se dé cuenta de que los problemas de la Sanidad no son de sus profesionales sino de los enfermos, que podemos ser todos.
La derecha catalana y los socialistas, que han gobernado allí durante tantos años, han efectuado recortes más duros que los del gobierno central. La corrupción de Convergencia y Unió no ha sido menor que la de los grandes partidos nacionales y todo eso se ha tratado de tapar con la manta del nacionalismo.
Si se sacara de la cárcel a los presos políticos, todo podría mejorar.
Parece que muchos ya están entrando en razón, de lo que podemos alegrarnos porque además a la armada mediática se le ha quedado obsoleto otro espantajo y, por unos días, mientras buscan uno nuevo, podremos estar más tranquilos.