Trump está exigiendo que se aumenten los presupuestos militares mientras descienden las inversiones sociales.
El presidente USA dirige la OTAN que en 2017 gastó 900.000 millones de dólares (52% del gasto mundial) , USA 600.000 millones de $ y Arabia Saudí, segundo país en gasto militar, 69.400 millones de $.
La política militarista de USA y sus estrategias mundiales aparecen perfectamente explicadas en “Seis observaciones políticamente incorrectas sobre la OTAN” (Público.es) en un artículo de Nazanín Armanían, refugiada iraní en España desde 1983 y profesora de Relaciones Internacionales en la UNED.
La primera revolución industrial comenzó con el motor de vapor aplicado a los telares de Gran Bretaña y la industria siderúrgica en el resto de Europa. El ferrocarril fue el motor de dicha industria. La segunda fue la de la energía (combustibles y energía eléctrica) y el automovil como industria motor. La tercera ha sido la de la inteligencia artificial y su motor la industria armamentística.
Esta revolución industrial no es compatible ni con la paz, ni con la democracia, como estamos viendo en todo el planeta. Tampoco con el derecho a una vida digna de la mayoría de los habitantes del planeta ni del planeta mismo.
La OTAN (que pagamos entre todos) es su herramienta más visible. Que Pedro Sánchez acate la orden de Trump de incrementar el gasto militar (que los militares y los periódicos llaman “Seguridad”) no es una buena forma de comenzar su presidencia.