La OTAN se creó, a finales de los 40 (1949), en la histeria de la “guerra fría” para “defendernos del comunismo del bloque soviético”. La creó EEUU que era el nuevo lider “Occidental” como primera potencia económica ya que Europa y Japón estaban destruidos por la 2ª Guerra Mundial.
En 1955, siguiendo con la dialéctica de la “guerra fría”, se crea el Pacto de Varsovia para defenderse de la OTAN y comienza la carrera armamentística-espacial que hace que en 1961 cuando el General Eisenhower termine su mandato como presidente de EEUU alerte de que el poderoso “complejo industrial-armamentístico” puede acabar con la democracia.
En 1989 cae el Muro de Berlín, la URSS abandona el comunismo y asume el capitalismo, se desmonta el Pacto de Varsovia, pero la OTAN ahí sigue.
¿A qué se dedica?
La carrera espacial, en la que el país emblemático de la iniciativa privada invirtió ingentes fondos públicos en investigación militar consiguiendo que su sistema de “defensa” sea el más caro del mundo y que genera el “complejo industrial-armamentístico” que denunció Eisenhower, utiliza su inmenso poder militar para realizar desastres como la guerra de Vietnam, o golpes de estado como el de Pinochet en Chile y en otros muchos países. Todo ello, para conseguir el dominio de la economía mundial.
Pero el imperio USA no se siente a gusto y necesita cómplices y ese es el papel que le asigna a la OTAN ahora que ha desaparecido el “peligro comunista”.
El imperio USA, en descomposición, está en manos de las grandes corporaciones a las que la democracia no les viene bien para su “libertad de mercado” y con la complicidad obligada de los países miembros de la OTAN están creando estados fallidos donde antes había dictadura. Eso hizo la OTAN en Libia hace poco, después de que USA creara otros como Etiopía, Afganistan, Iraq y ahora lo intenta con Siria.
En las dictaduras se vive mal pero en los estados fallidos no se puede vivir porque llegan las grandes corporaciones con sus ejércitos privados y para expoliar sus recursos le hacen la vida imposible a sus habitantes (esto podría llamarse “la peste de África” que provoca las migraciones).
Ahora Trump exige a los países europeos mayores aportaciones para la defensa de ese desorden mundial, pero su único interés es hacer de siervo propagandista del “complejo industrial-armamentístico” para que le permita seguir con sus propios negocios sucios. Y fortalecer la OTAN es un medio para conseguir el progreso de cualquier negocio sucio siempre que se pueda contabilizar en miles de millones de dólares.
El gobierno de Rajoy aceptó la subida de cuota que le pidió Trump, veremos que hace el gobierno de Pedro Sánchez.