Víctimas

El Poder se arroga la capacidad de catalogación. Pone etiquetas a hechos, conductas, grupos sociales, etc. es una forma de manipulación.

Cuando el Poder dispone de una Armada Mediática Propagandística, esta manipulación le resulta fácil y cuando, además, dispone de un fuerte aparato represivo policial-judicial, para penalizar la contrainformación, la dictadura resulta evidente para los ciudadanos con criterios que percibimos el desprecio de las mafias en el poder.

Ahora, la cosa va de víctimas y, como siempre, hay víctimas buenas y víctimas malas o simplemente despreciables. Así, las 800 víctimas de ETA son dignas de todo respeto y las más de 100.000 del franquismo están en su lugar: en las cunetas o en los muladares de Cuelgamuros.

El Terrorismo de ETA es malo y los etarras tienen que pedir perdón y el Terrorismo de Estado de Franco, que después de la guerra siguió fusilando en procesos de muy dudosa legalidad, hasta dos meses antes de su muerte, el Gobierno subvenciona a organizaciones que lo exaltan y entorpece el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica adjudicándoles cero euros en el presupuesto.

ETA nació en 1958 en el contexto de las luchas obreras contra el franquismo y tardó bastantes años en adoptar la lucha armada. Hasta 1990 la historia decía que su primer asesinado fue Melitón Manzanas, conocido policía torturador en 1968. Ahora le achacan la muerte de una niña en 1960 de muy dudosa atribución. Hasta 2011 en que abandonó la actividad armada cometió unos 800 asesinatos. Todos condenables, lo mismo que los miles de crímenes franquistas.

Lamentablemente la Justicia española penaliza la apología del terrorismo pero no hace lo mismo con la apología del franquismo.

Siempre las diferentes varas de medir de la derecha.