Es desolador ver mentir con agresividad a Cristina Cifuentes, superando a Esperanza Aguirre y otros antecesores, por el desprecio que muestra por los madrileños. ¿Nos lo merecemos?
Se está haciendo costumbre ver mentir a Montoro explicando unos presupuestos que dice sociales cuando el mayor crecimiento del gasto va a armamento innecesario (más comisiones, se entiende).
Estamos viendo a los diversos portavoces del PP justificando lo injustificable con el mayor desparpajo, con la razón del cacique que cree que todo es suyo y con los grandes medios haciéndoles la ola.
A algunos jueces y fiscales haciendo una resistencia numantina a la Justicia europea en defensa de la justicia celtibérica.
Todo esto con el telón de fondo de la corrupción, que todos estos muñecos tratan de ocultar moviéndose compulsivamente delante de él para distraernos. La Gran Fiesta andaluza de este finde puede ser apoteósica.
Este teatrillo debería representar el fin del régimen del 78, pero PSOE y Ciudadanos tratan de alargarlo porque de sus hilos tiran el mundo financiero y las grandes fortunas que siguen haciendo caja.
Y los representantes de la izquierda ¿seguirán refugiados en las trincheras del Congreso?
¿Será verdad lo que decía Fraga en el franquismo de que España es diferente? Y, si quieren que sea así ¿Por qué nos mienten diciendo que somos europeos?
¡Queremos mentiras de más calidad!
El problema es cuando los propios políticos y gobernantes Mexicanos se burlan de los ciudadanos con sus conductas de engaño y de corrupción. El simple hecho es que el hartazgo generado por los gobernantes en turno esté poniéndonos ante el grave riesgo de caer en manos de un gobierno de izquierda liderado por un loco insaciable de poder
¿Y es que el sistema que patrocina a esos políticos y gobernantes mexicanos no es un loco insaciable de poder?
Viendo el Congreso del PP apoyar a Cristina Cifuentes me acordé de la música en el Titanic tras chocar con un iceberg