Los benedictinos del Valle de los Caídos ¿son españoles?

A principios del segundo milenio la orden benedictina ya tenía gran poder y a comienzos del siglo XI, el que luego sería San Bernardo, junto con un grupito de compañeros, salen de la orden y construyen un modesto monasterio de madera, argumentando que, del mandato de San Benito “Ora et labora”, se ora poco y se trabaja menos porque los monjes contrataban criados para hacer esas labores.

La orden benedictina siguió creciendo, creando monasterios por toda Europa y gran parte de las infraestructuras del Camino de Santiago, quizá para asegurarse el control del Papado que, en aquellos momentos, era una institución muy débil. La escisión de San Bernardo creó un humilde Cister, pero un siglo después ya estaban haciendo monasterios que competían en prestigio y poder con los benedictinos.

El actual abad de Cuelgamuros se niega a acatar la orden judicial de permitir la recuperación de algunos cuerpos enterrados allí contra la voluntad de sus familias y a acudir al Senado a explicar sus posturas a petición de éste. Les dice a los senadores que si quieren hablar con él que vayan a su sede.

En el siglo XVIII, los Jesuitas fueron expulsados de varios países europeos, España entre ellos, por negarse a obedecer otros mandatos que los del Estado Vaticano. El negocio benedictino de Cuelgamuros (restaurante, hospedería, subvenciones …), dependiente de Patrimonio Nacional, no sabemos si se atiene a las leyes españolas o solamente a los mandatos divinos.

Pero la Justicia Española tan diligente para atacar los intentos independentistas catalanes o la libertad de expresión de raperos y titiriteros, podría hacer algo para demostrar que, como dijo el Rey un año de estos, la Ley es igual para todos. No vayamos a tener otro «procés» cerca del Escorial.

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